La dieta sin gluten
La enfermedad celiaca: bulos y mitos
Proliferan creencias falsas sobre una dolencia muy extendida, como que se trata de un tipo de intolerancia cuyo carácter es estrictamente digestivo, que la dieta sin gluten adelgaza o que saltársela un poco no es peligroso

La enfermedad celiaca: bulos y mitos
Lorena Pérez | valència
Cada día es mayor el número de personas que descubren, sorprendidas, que son celiacas. Es importante recordar algunos de los mitos y bulos que proliferan en las redes sociales sobre esta enfermedad y sobre su tratamiento: la dieta sin gluten.
Según el II Estudio de Salud Sin Bulos realizado en 2019, el 63 % de los profesionales sanitarios encuestados afirmaron que habían aumentado los bulos en materia sanitaria. El informe indica que internet, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería móvil son los tres canales en los que más fácilmente se propagan esas noticias falsas. Las seudoterapias, la alimentación y el cáncer son los ámbitos en los que más bulos se levantan relacionados con la salud.
Celiaquía y dieta sin gluten no escapan a esa tendencia que tanta confusión y daño puede causar a los pacientes. De hecho las V Jornadas Sin Gluten que deberían haberse celebrado tras las fases de desescalada y que finalmente se suspendieron estaban focalizadas en esta edición en la lucha contra esos mitos y falsas verdades. Se había preparado una programación en la que, entre otras cosas, varios profesionales de la salud ayudarían a desmitificar las creencias erróneas más populares sobre celiaquía y gluten. Son las siguientes:
Celiaquía e intolerancia
Durante muchos años se ha definido a la enfermedad celiaca como una intolerancia permanente al gluten. Sin embargo, a día de hoy, tanto la Sociedad de Gastroenterología Hepatología y Nutrición Pediátrica (Espghan) como la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca insisten en que nada tiene que ver el mecanismo que desencadena la enfermedad celiaca con el de una intolerancia, y la definen como un «trastorno sistémico de base inmunológica, causado por la ingesta de gluten y otras proteínas afines que afecta a individuos genéticamente susceptibles». Primer mito desmontado: «Una persona con celiaquía no es una persona con una intolerancia, sino con una enfermedad de base autoinmune, sistémica y crónica».
Enfermedad digestiva
Otro mito sobre la enfermedad celiaca es que provoca únicamente sintomatología digestiva: diarreas, vómitos, estreñimiento, distensión abdominal. La sintomatología digestiva pertenece, como apunta el doctor Miguel Montoro, presidente de la SEEC, a lo que se ha conocido siempre como la celiaquía clásica, «sin embargo ahora sabemos que el patrón es muy diferente y especialmente en adultos la enfermedad provoca síntomas de carácter extradigestivo». Desde problemas ginecológicos, como infertilidad, abortos de repetición, a déficits nutricionales que ocasionan otras enfermedades como es la osteoporosis en edad temprana, la celiaquía es sistémica y puede dar lugar a síntomas «en prácticamente cualquier órgano o aparato del organismo humano», señala la doctora Isabel Polanco. Segundo mito que ahora queda desmontado: «La enfermedad celiaca provoca síntomas digestivos y extradigestivos».
Grados de tolerancia
Es una de las creencias erróneas más extendidas y que más afecta a los pacientes. Es común acudir a bares y restaurantes y que se pregunte al paciente por su grado de celiaquía para, en función de la respuesta, ofrecer o no ofrecer el servicio. Pero los grados de tolerancia al gluten no existen. «No hay correlación directa con la cantidad de gluten que se ingiere, y si se produce la enteropatía», apuntan desde la Unidad de Gastroenterología Pediátrica del Centro de Salud Amante Laffon en Sevilla a través de su web. El doctor Sergio Farrais, digestivo especialista en enfermedad celiaca de la Fundación Jiménez Díaz lo explica de forma clara: «No hay grados de tolerancia al gluten, la dieta sin gluten debe ser igual de estricta para todos los celiacos independientemente de los síntomas que tenga cada uno». La ingesta de gluten, de la más mínima cantidad de la proteína, es la que provocará la reacción inmunológica que sufre el celiaco y que acaba provocando el daño en el intestino, la lesión de las microvellosidades. Tercer mito desmontado: «En celiaquía no hay grados y todos los celiacos deben ser igual de estrictos con la dieta sin gluten».
La celiaquía se cura
Rotundamente, no. La celiaquía se trata, pero a día de hoy no tiene cura. Se trata de una afección crónica para toda la vida. Sin embargo es muy habitual escuchar hablar de casos de personas celiacas que se han curado milagrosamente. No existe ninguna terapia que cure esta enfermedad inmunológica, al igual que ningún fármaco que pueda servir para su tratamiento. El único tratamiento eficaz a día de hoy es la dieta sin gluten estricta, y cuando el paciente mejora de sus síntomas no significa que se haya curado, sino que está haciendo correctamente el tratamiento. Cuarto mito desmontado: «Si alguna persona ha sido celiaca y ya no lo es, no se ha curado, es que nunca ha sufrido esa enfermedad. Puede haber habido un error de diagnóstico».
Los productos sin gluten adelgazan
La dieta sin gluten de personas con celiaquía, sensibilidad al gluten no celiaca y alergia al trigo (poco habitual), debe estar basada en alimentos que de manera natural no contienen gluten, es decir, carnes, verduras, pescados, frutas, leche, huevo, legumbres, etc. En el momento en el que se deja de consumir productos procesados con gluten y se sustituye por una alimentación basada en alimento fresco, es posible que se produzca una reducción de peso. Sin embargo, si sustituimos los productos procesados con gluten por productos procesados sin gluten, es posible que se produzca incluso el proceso contrario. Es fundamental que la dieta se base en alimento fresco, que sea variada y equilibrada. Quinto mito desmontado: «La dieta sin gluten es un tratamiento, no una dieta para adelgazar».Por un poco... no pasa nada
Un mito muy extendido entre pacientes que sin duda pone en riesgo su recuperación y su salud. Algunos pacientes de esta enfermedad tienen una sintomatología leve tras la ingesta de gluten y creen poder tolerar pequeñas cantidades. En realidad «cuando el celiaco se salta la dieta lo que está haciendo en cada ocasión es alterando su sistema inmunológico, alterando a las defensas del cuerpo y eso a la larga puede tener graves consecuencias», apunta la doctora Paula Crespo, dietista-nutricionista y vocal de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca. Pueden darse complicaciones, especialmente en «adultos que han tenido muchos años de evolución, así como en personas celiacas diagnosticadas que no han seguido estrictamente la dieta sin gluten», señalan Nuria Pablos y Elisa Mora en su libro «Sin gluten y sin riesgos. Todos los mitos y verdades que necesitas saber». Apuntan que sí existe relación entre celiaquía y cáncer, en concreto en tipos como los linfomas No Hodgkin, linfomas de células T, adenocarcinoma de intestino delgado y carcinoma orofaríngeo y esofágico. Sexto mito desmontado: «Las transgresiones de la dieta sin gluten pueden tener graves consecuencias».
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