La tos se ha convertido en uno de los acompañantes en estos tiempos después de Fallas y el frío polar que amenaza la primavera.  De nuevo, es época de gripazos, catarros y resfriados. Además, la tos puede llegar a ser muy molesta e incluso no dejarnos dormir correctamente a lo largo de la noche. Incluso si la tos es insistente puede provocar vomitar o incluso puede llegar a hacernos perder el conocimiento,

Hay que recordar que el coronavirus y la gripe son infecciones cursan con dolor de garganta y congestión de nariz. Las dos provocan tos, aunque con diferencias. Normalmente, el coronavirus se caracteriza por producir tos seca sin mucosidad, mientras que el resfriado tiende a provocar esputo. Las dos comparten la gran mayoría de síntomas, como la tos, el dolor muscular, cansancio, dolor de garganta, fiebre y falta de aire o dificultad para respirar en el caso de cuadros más graves.

Existen muy pocos síntomas que permitan identificar una infección por coronavirus y diferenciarla de la gripe. Ambos virus son muy parecidos. Los únicos dos síntomas que bien podrían ser exclusivos del coronavirus son la pérdida de gusto y olfato y el que quizá sea el primer síntoma asociado a la nueva variante Ómicron, la voz tomada.

Cebolla: El truco casero para calmar la tos y la congestión de noche Levante-EMV

El truco casero para frenar la tos

Como hemos visto, las infecciones del coronavirus y la gripe son difíciles de encontrar, pero aquí puede comprobar cómo saber si lo que tienes es gripe o covid. El truco casero más popular y tradicional para frenar la tos es la cebolla. Los vapores de esta planta herbácea actúan como un analgésico natural, que puede calmar la irritación e hidratar las mucosas, además de aliviar la tos.

Preparación en el plato

Hay que partirla en dos mitades o cortarla en varios trozos finos. El objetivo es dejarla en un lugar cercano a la cama, como puede ser la mesita de noche, o alguna estantería. Si la cebolla se utiliza más de una noche, se puede guardar en la nevera con un celofán encima a largo del día y, por la noche, añadirle azúcar y agua. También hay quien mezcla la cebolla con miel, ajo o limón.