Una reciente publicación en New England Journal of Medicine, probablemente la revista médica más prestigiosa del mundo, advierte del peligro del nuevo virus zoonótico que acaba de saltar desde animales salvajes a los seres humanos en el este de China, donde ya ha conseguido infectar al menos a 35 personas.

Se trata de un Henipavirus denominado Langya (LayV).

Un virus de ARN con un genoma particularmente largo, perteneciente a la familia de los Paramyxoviridae del que se conocen bien 6 especies y se están estudiando otras muchas.

Los Henipavirus que ya conocemos

Entre los Henipavirus más célebres están los peligrosos:

Virus Nipah:

Que tal y como lo describe la Organización Mundial de Sanidad Animal:

Provoca una infección, también conocida como encefalitis por el virus Nipah, que fue aislada y descrita por primera vez en 1999.

El nombre Nipah se debe a la aldea de Malasia donde se aisló el virus por primera vez en un paciente, que sucumbió a la enfermedad.

La enfermedad causada por el virus Nipah está inscrita en la lista del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y es de declaración obligatoria,

Los primeros casos humanos de infección por el virus Nipah fueron diagnosticados provisionalmente como encefalitis japonesa, antes de que se aislara e identificara el virus.

Después de programas de deforestación en Malasia, varias explotaciones porcinas allí instaladas tenían en los alrededores árboles frutales que atraían a los murciélagos. Y eso puso a los cerdos en contacto con las excreciones de murciélago contaminadas con el virus.

El resultado fue que durante los brotes de 1998-1999 en Malasia y Singapur, hubo que destruir más de un millón de cerdos para controlar la enfermedad

Y en 2003, 2004, 2007 y 2008, se han registrado en Bangladesh y en India, casos humanos sin relación aparente con brotes en animales domésticos.

Virus Nipah

Virus Hendra:

Fue descubierto en septiembre de 1994 en Hendra, en el extrarradio de Brisbane (Australia), tras causar la muerte de 14 caballos y de su entrenador.

Hasta el momento se ha detectado únicamente en Australia, y se cree que el reservorio de la infección son los murciélagos frugivoros del género Pteropus, comúnmente conocidos como zorros voladores.

Todavía no se conoce el mecanismo de transmisión, aunque se cree que la vía más probable es la respiratoria o digestiva, tras contaminación ambiental.

Lo que sí se sabe es que los caballos infectados pueden transmitir la enfermedad a otros caballos y también, ocasionalmente, al ser humano si está en estrecho contacto. Pero de momento no se ha observado transmisión entre dos personas.

A quién infectan y donde hay Henipavirus

Los Henipavirus infectan a una gran variedad de mamíferos salvajes como grandes murciélagos frugívoros, pequeños murciélagos insectívoros, musarañas, etc.

Consta que se encuentran al menos en amplias zonas de Asia, África y Oceanía, pero podrían estar presentes en todo el mundo.

Y si bien es verdad que aún no están tan estudiados como sería deseable en estos días, desgraciadamente ya sabemos lo suficiente como para estar preocupados.

Síntomas y consecuencias

Por el momento las personas infectadas con Langya (LayV) padecen:

  • Brotes de fiebre
  • Cansancio
  • Náuseas
  • Dolores de cabeza y musculares.

En los casos más graves se ha producido;

  • Disminución significativa de los leucocitos
  • Bajo recuento de plaquetas
  • Insuficiencia hepática y renal severa.

 Parece que todas las personas afectadas se han contagiado por contacto directo a través de animales. Y es muy buena noticia que de momento aún no se haya producido ninguna transmisión de persona a persona.

Henipavirus Langya

¿Es preocupante?

La realidad es que estos brotes de Henipavirus preocupan mucho a los científicos, pues pueden causar una enfermedad grave a los seres humanos, e incluso pueden llegar a transmitirse por vía aérea.

Para ello tendrían que mutar, pero es algo que depende del azar y podría ocurrir en cualquier momento.

La reciente pandemia de SARS-CoV-2 es un buen ejemplo del peligro de estas mutaciones.

 Los Henipavirus también infectan a animales domésticos como

  • Caballos
  • Cerdos
  • Cabras
  • Perros

Y en todos ellos ya se han desatado algunos brotes epidémicos durante las últimas décadas.

Per por suerte, hasta el momento estas epidemias se han podido controlar mediante el sacrificio masivo de todos los animales en un radio de seguridad alrededor de la zona del brote, antes de que la situación quedase fuera de control.

Qué convierte a los Henipavirus en una amenaza

El dato más preocupante que debemos destacar es que los Henipavirus utilizan un peculiar proceso molecular de edición de ARN.

Y aunque quizás esta explicación quede reducida a los más expertos lectores, es recomendable decir que ese proceso se lleva a cabo mediante la inserción de residuos de guanina adicionales en el ARNm antes de la traducción.

Un hecho que les permite generar 3 proteínas a partir de un solo gen.

Como es posible que hayamos aprendido en los múltiples artículos sobre la amenaza de mutaciones en el coronavirus SARS-CoV-2, el código genético se lee en tripletes (tres bases codifican un aminoácido).

Pues bien, en el caso de estos virus, al insertar una nueva ‘letra’ (guanosina) la lectura se desplaza y se genera una nueva proteína.

Por poner un ejemplo, el triplete ACG codifica el aminoácido treonina; pero si le añado una guanina al principio desplazo las letras y aparece un nuevo triplete GAC que codifica para el ácido aspártico.

Lo mismo ocurre al insertar una segunda guanosina. Se trata de un mecanismo que potencialmente podría darles facilidades para infectar nuevas especies o para anular de los mecanismos de defensa antiviral de sus hospedadores.

Esto los convierte en un grupo de virus especialmente peligroso.

Tanto que actualmente no se dispone de ninguna vacuna ni de terapia para su tratamiento.

¿Entramos en la era de las pandemias: el Pandemioceno?

Pase lo que pase con este brote, se trata de otra grave advertencia. 

En los últimos años se están incrementando extraordinariamente el número de brotes zoonóticos.

Y la situación es tal que algunos epidemiólogos opinan que estamos entrando en una nueva era que denominan el “Pandemioceno” donde nuestra existencia se va a ver condicionada por frecuentes pandemias como la del coronavirus.

Según ellos vivir bajo estados de alarma podría llegar a ser lo normal a partir de ahora.

Se estima que al menos hay 10.000 especies de virus zoonóticos que tienen la capacidad en este mismo momento de dar el salto a los seres humanos desde alguna especie de animal salvaje.

Un buen ejemplo de estos virus zoonóticos los tenemos en los coronavirus del SARS, o los muchísimo más peligrosos virus de Marburgo y del Ébola.

Estamos entrando en una nueva era que denominan el “Pandemioceno” donde nuestra existencia se va a ver condicionada por frecuentes pandemias como la del coronavirus.

¿Cuál es la causa de esta amenaza?

El problema de estos virus zoonóticos está en que cada vez hay más contacto entre humanos y animales salvajes, debido a la invasión humana de nuevos territorios.

Por ejemplo cada día colonizamos miles de hectáreas en zonas de la Amazonía, o de las selvas africanas y bosques húmedos asiáticos.

Y así entramos en contacto directamente con nuevas especies animales.

También lo hacemos de una manera indirecta.

En el caso de un Henipavirus como el Nipah, los problema empezaron a través de los cerdos, cuando se instalaron macrogranjas en zonas anteriormente boscosas ocupadas por murciélagos.

Además el cambio climático está dando lugar a una masiva migración de animales salvajes hacia latitudes más altas. Y esto resulta particularmente rápido con animales voladores como mosquitos y murciélagos.

Abrimos la puerta a que los virus busquen una nueva “casa”

Lo que estamos haciendo no deja de tener consecuencias.

Cada vez dejamos menos espacio para las poblaciones animales y reducimos su número hasta llevarlas cerca de su extinción.

Pero no tenemos en cuenta que si extinguimos a una población animal, a sus virus, bacterias y parásitos específicos no les queda más salida que colonizar otra especie, lo que pueden conseguir mediante mutaciones estocásticas.

Los forzamos a jugar a una lotería donde a veces les toca el premio gordo de conseguir infectar a humanos o a nuestros animales domésticos.

La predicción de Herman Muller

A mediados del siglo pasado Herman Muller, ganador del premio Nobel de Medicina, advirtió que de seguir así en menos de 100 años sería necesario que la mitad de la humanidad se dedicase a cuidar de la otra mitad que caería víctima de las enfermedades más diversas.

Podemos estar orgullosos de que hemos conseguido vencer en gran medida a la pandemia de Covid-19. Pero mientras seguimos sin hacer caso de las graves advertencias de la ciencia, la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático nos pueden llevan a una era de frecuentes pandemias.

¿Cada cuánto podremos soportar una pandemia como la de la Covid-19?