En España, el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres son de mama, según datos de la Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama. Es uno de los más frecuentes por delante del tumor en el útero, el de pulmón, el de ovarios y el colorrectal.

La tasa de incidencia se sitúa en 132 casos por cada 100.000 habitantes.

Una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Lo que quiere decir que todos conoceremos a una mujer que será diagnosticada con esta enfermedad, que tiene un índice de supervivencia a los cinco años (si no es un tumor metastásico triple negativo) del 82,8%.

“Cuando se recibe el primer diagnóstico, hay un gran impacto emocional que se puede expresar de diferentes maneras: desconcierto, miedo, extraña tranquilidad, sensación de que no es real o enfado”, explica Macarena del Cojo, psicóloga del Instituto Psicológico Cláritas

Debido al sinfín de emociones, es necesario acudir a profesionales para facilitar su manejo y el afrontamiento de los cambios que produce el cáncer de mama HM DELFOS - Archivo

Y es importante saber que el diagnóstico de cáncer de mama tiene un impacto psicológico. Por eso, es habitual que las mujeres experimenten sentimientos que son muy normales, como la ansiedad, la incertidumbre, el miedo e incluso puede desencadenar en depresión.

  • “Las alteraciones psicológicas más comunes en estos pacientes son la depresión, los trastornos de ansiedad y las disfunciones sexuales”.

Y es que, como puntualiza la especialista a este portal, “el diagnóstico supone una serie de pérdidas en las que la persona entra en un profundo duelo, sobre todo de lo que simboliza ser mujer”.

Acudir acompañada de un familiar

Normalmente en las primeras citas hay un gran impacto emocional y adaptarse al proceso de enfermedad, así como, adoptar un papel activo no es solo cuestión de fuerza de voluntad.

Por lo que sería muy recomendable acudir con familiares y/o amigos para sentir el apoyo necesario, al igual que recibir información para aprender nuevas formas de hacer frente a las situaciones. 

Buscar ayuda profesional

Debido al sinfín de emociones, es necesario acudir a profesionales para facilitar su manejo y el afrontamiento de estos cambios.

Por un lado, es necesario ofrecer a las mujeres información a nivel médico (tratamientos disponibles, solución de dudas...), a nivel social (asociaciones de ayuda) y por otro lado, un tratamiento psicológico individual con profesionales especializados.

Se ha visto que aquellos tumores ginecológicos suponen un estrés añadido a la mujer, ya que las partes atacadas tienen un fuerte carácter simbólico relacionado con la maternidad, la feminidad y la sexualidad

Las técnicas que se utilizan frecuentemente son las conductuales, las cognitivas y las técnicas de inoculación del estrés.

Compartir experiencias con otras mujeres con cáncer de mama

Existen recursos prácticos disponibles, como son los grupos de ayuda de mujeres con cáncer de mama en los que comparten experiencias.

Con ello, además de reducir un poco la incertidumbre, se sienten entendidas, comprendidas y apoyadas por personas que están pasando el mismo proceso en unos estadios u otros. Lo que ayuda a reducir en gran parte el estrés.

Archivo - Un organoide de cáncer de mama triple negativo invade el tejido colágeno. ELOÏSE GRASSET, JOHNS HOPKINS MEDICINE - Archivo

Apoyo de la familia

La comunicación intrafamiliar es muy importante, ya que mejora la manera en que la familia en su conjunto se enfrenta a la enfermedad y contribuye a la eliminación de situaciones de estrés y malestar en la mujer.

La comunicación es un proceso que cumple dos funciones principales: 

  • La autorregulación: permite estructurar el manejo de situaciones, buscar alternativas, e implementar y evaluar el resultado. 
  • La motivación: hace referencia a la satisfacción de necesidades emocionales y afectivas. 

Emociones que son parte del proceso

Hay que tener claro que el riesgo de recaída y la amenaza a la supervivencia también marcan la adaptación psicológica de los pacientes y provoca respuestas de miedo, tristeza y de ansiedad.

Por lo que tenemos que acoger estos sentimientos como parte del proceso, aceptándolos y sabiendo que será pasajero

Cambios físicos

Aunque muchos de los problemas psicológicos de los pacientes de cáncer son similares a otros pacientes con patología crónica, se ha visto que aquellos tumores ginecológicos suponen un estrés añadido a la mujer.

Las partes atacadas (mamas, útero, ovarios) tienen un fuerte carácter simbólico relacionado con la maternidad, la feminidad y la sexualidad, por lo que genera fuertes reacciones emocionales. 

Estas pérdidas generan procesos afectivos de elaboración del duelo que conducen a la creación de una nueva imagen corporal. 

Compartir con otras mujeres con cáncer de mama también puede ayudar y asimilar el diagnóstico de la enfermedad QUIRÓNSALUD - Archivo

El diagnóstico de un cáncer ginecológico o de mama genera en la mujer la experiencia de pérdidas múltiples.

Se pierde una parte del cuerpo o la representación que se tenía de ella: feminidad, maternidad y sexualidad. Ya sea el cabello o una mama. Y se pierde el ideal de futuro al sufrir una enfermedad que, resalta Del Cojo, psíquicamente remite a la muerte.

¿Cómo hablar con los niños del cáncer de mama?

Informar a los niños que uno de sus padres, en este caso su madre, ha sido diagnosticada con un cáncer de mama es complicado.

Los niños hasta los 8 años no necesitan mucha información detallada, mientras que desde los 8 años hasta los adolescentes sí que es necesario que se les explique con más detalle

Macarena del Cojo - Psicóloga

Sin embargo, como resalta la psicóloga Macarena del Cojo, “la edad del niño es importante para saber cuánto se debe informar  sobre el diagnóstico”.

Así, “los niños hasta los 8 años no necesitan mucha información detallada, mientras que desde los 8 años hasta los adolescentes sí que es necesario que se les explique con más detalle”.

Las edades de los niños es fundamental para saber hasta qué tipo de detalles hay que darles

En cuanto a la información que se les debe dar a los más mayores es: 

  • El nombre del cáncer.
  • La parte del cuerpo donde se encuentra.
  • Cómo será el tratamiento.
  • Los posibles cambios que habrá en sus vidas. 

La pauta general consiste en “decir la verdad de una forma que los niños puedan comprenderlo y prepararse para los cambios que van a suceder en la persona enferma”.

Además, es fundamental, y ayuda mucho, mantener la rutina que tenían hasta el momento del diagnóstico y ver que su día a día no ha sido alterado. “Les hace sentirse seguros”.