Nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento y la actividad, para la producción y el consumo de la energía que permite el desarrollo de las distintas funciones fisiológicas y metabólicas. Numerosas investigaciones constatan que la actividad física practicada de forma habitual ayuda a combatir factores de riesgo como el sedentarismo o el exceso de peso y, al mismo tiempo, produce diversos efectos positivos sobre el organismo. De hecho, no existe ninguna otra estrategia que produzca tantos y tan importantes efectos beneficiosos sobre la salud como la actividad físico-deportiva, según afirman los expertos de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED).

Diez síntomas

  1.  Estreñimiento. Cuando te mueves más, tu colon se mueve más y es más fácil defecar a tiempo. El tono muscular saludable en sus abdominales y diafragma también es clave para mover los desechos a través de su tracto digestivo. El ejercicio constante puede ayudarlo a mantenerse regular, especialmente a medida que envejece.
  2.  Apetito insaciable. Parece que tendrías hambre con más frecuencia si hicieras más ejercicio, pero lo contrario suele ser cierto. El ejercicio aeróbico como andar en bicicleta, nadar, caminar y correr puede disminuir el apetito porque cambia los niveles de ciertas “hormonas del hambre” en el cuerpo.
  3.  Mal humor. La falta de movimiento no solo daña tu salud física. También puede aumentar los sentimientos de ansiedad y depresión. Haz que tu sangre bombee regularmente. Los ejercicios cardiovasculares como caminar, andar en bicicleta, nadar o correr aumentarán y estabilizarán su estado de ánimo e incluso mejorarán su autoestima.
  4.  Insomnio. Si estás cansado de contar ovejas por la noche, levántate y muévete durante el día. Cuando mantienes una rutina regular de ejercicios, te duermes más rápido y duermes más profundamente una vez que te quedas dormido.
  5.  Mala memoria. El ejercicio regular le dice a su cuerpo que produzca más químicos llamados factores de crecimiento. Aumentan la producción de vasos sanguíneos en el cerebro. Cuanta más sangre llegue a su cerebro, mejor podrá pensar, recordar y tomar decisiones.
  6.  Sube el nivel de azúcar en sangre. Cuando la actividad física es una parte regular de su vida, a su cuerpo le resulta más fácil mantener bajo control la glucosa en la sangre. Los niveles estables de azúcar en la sangre lo mantienen fuera de la zona de peligro de la diabetes tipo 2.
  7.  Pérdida de capacidad respiratoria. Si notas que estás sin aliento es posible que sea un síntoma provocado por la ausencia de movimiento en los pulmones, que pierden fuerza si no se ejercitan regularmente. Cuanta menos actividad haga, más le faltará el aire, incluso durante las tareas diarias fáciles.
  8.  Dolor de espalda. Cuando los músculos centrales están débiles por falta de uso, no pueden sostener la espalda como deberían. Esto hace que sea mucho más fácil ajustar los músculos de la espalda durante los movimientos cotidianos, como pararse o estirarse. Pilates, yoga y otros ejercicios que usan estiramiento son buenos para fortalecer la espalda.
  9.  Enfermas continuamente. Los estudios muestran que cuanto más moderada es la actividad, menor es la probabilidad de contraer un resfriado u otros gérmenes. Cuando haces del ejercicio un hábito, tu sistema inmunológico se fortalece.
  10.  Tu piel pierde brillo. Si tu piel se ve más apagada de lo normal, la culpa puede ser la falta de movimiento. Algunos estudios muestran que el ejercicio moderado estimula la circulación y el sistema inmunológico, lo que ayuda a que la piel mantenga ese brillo juvenil.

Fuentes: www.webmd.com, Harvard Health Publishing, Mis Pulmones Mi Vida, Johns Hopkins Medicine, Asociación de Ansiedad y Depresión de América, La dieta de Mayo Clinic, CDC, InformedHealth.org/Institute for Quality and Efficiency in Health Care, Journal of Sports Science & Medicine, Journal of Sport and Health Science, Asociación de la Academia Estadounidense de Dermatología.