INFECCIOSAS
Flemas: Qué son, qué tipos hay, qué significan según su color y cómo se pueden combatir
Si tenemos exceso de mocos, debemos aumentar la ingesta de líquidos para favorecer la expectoración, ya sea aguam zumos, caldos infusiones...
La miel es lo que más eficacia parece haber demostrado, y se puede añadir a una infusión caliente como, por ejemplo, de limón
La congestión nasal y la mucosidad son unos de los síntomas comunes de la gripe y el resfriado, junto a la tos y dolor de garganta, el dolor de cabeza y el malestar general. Desde la Navidad, se ha producido una explosión de casos de gripe y, en menor medida, un aumento de contagios por COVID-19.
Todos tenemos a nuestro alrededor una o varias personas que está sufriendo los estragos de las enfermedades respiratorias.
Aunque ante un caso de gripe o resfriado común a todos se nos viene a la cabeza recurrir a los conocidos como fármacos antigripales.
Estos medicamentos alivian los síntomas más molestos de los virus respiratorios, pero no está de más cuidar nuestra alimentación para estar completamente recuperados no lo antes posible (que nunca será antes de una semana).
¿Qué son las flemas y por qué se producen?
Las flemas son un tipo de mucosidad que se produce en los pulmones y las vías respiratorias.
Aunque son muy incómodas en los procesos gripales o catarrales, las flemas tienen una función protectora, como nos explica el doctor Mario Bárcena Caamaño, miembro del Grupo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
“El moco también contiene sustancias protectoras como las inmunoglobulinas A, y enzimas como el lisozima (proteína que protege frente a bacterias e infecciones) que favorecen la destrucción de las bacterias”.
- “Algo similar ocurre en las vías respiratorias superiores (fosas nasales, senos paranasales) y, habitualmente, a su producción en exceso llamamos mocos, y a la que tiene origen en los pulmones flemas”.
La tos productiva es la forma que tiene nuestro organismo de expulsar ese exceso de mucosidad y que, como hemos comentado, ocurre en infecciones respiratorias como catarros, gripes o bronquitis. Aunque también se puede producir de forma crónica en personas fumadoras, alergias, asma o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Tipos de flemas
- Flemas transparentes. Es el color habitual “y con una textura similar a la de clara de huevo”. En el caso de resfriados o alergias pueden tomar un color blanquecino.
- Flemas amarillas, marrones o verdes. Es una señal casi inequívoca de que hay infección. “Este cambio de color y cantidad del moco se observa en las infecciones tanto víricas como bacterianas, por lo tanto, el que las flemas sean verdes no conlleva la necesidad de utilizar antibióticos”, explica el doctor Bárcena Caamaño. Si además de las flemas verdes se presenta fiebre, malestar o dolor en un costado, es importante consultar inmediatamente con un médico.
- Flemas rojas. Puede deberse a la presencia de sangre en el esputo por la propia irritación de la faringe. Sin embargo, es un síntoma habitual de enfermedades como la neumonía, tuberculosis o cáncer de pulmón.
- Flemas negras. Son habituales en episodios de elevada contaminación atmosférica.
Lo que debes hacer si tienes exceso de flemas
El especialista aclara que “no se requiere una alimentación especial”, pero como es de sobra conocido, se aconseja una alimentación sana y equilibrada.
No obstante, es muy importante aumentar la ingesta de líquidos para que “las flemas sean menos densas y se expulsen mejor”.
No solo de agua, también se puede hacer con fruta, zumos, caldos e infusiones, como las de tomillo, jengibre, regaliz o menta. Aunque, especifica el doctor, “no hay evidencia de su eficacia”.
- “Sin embargo, la miel sí que parece haber demostrado una cierta eficacia y se puede añadir a una infusión caliente como, por ejemplo, de limón”.
Los alimentos y bebidas que deben evitarse
No hay ningún alimento que se desaconseje expresamente para los procesos catarrales o gripales. Deben evitarse las comidas copiosas, con abundantes grasas y aquellas bebidas con gas.
Aunque siempre se ha escuchado que tomar leche puede aumentar la producción de mocos, el doctor Bárcena Caamaño lo desmiente. “En la población sana no existe ninguna evidencia para aconsejar evitar los lácteos en procesos agudos que cursen con aumento de flemas”.
Otros consejos para acabar con los mocos
- Ambiente húmedo en casa para favorecer la expectoración.
- Evitar hábitos tóxicos: no fumar.
- No utilizar antibióticos, ya que no son eficaces para los virus respiratorios.
- Ventilar correctamente.
- Toser de manera eficaz: inspiración profunda, una pequeña pausa, y toser dos o tres veces con fuerza.
- Utilizar un humidificador o baños de vapor.
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