La mezcla entre la devoción de hermanos y cofrades, unido al tradicional sentido del gusto y hasta un punto de competencia por hacer más y mejor propicia que, en la Semana Santa Marinera, uno de los alicientes para el visitante sea visitar las imágenes titulares de cada colectivo semanasantero. Plantas bajas, sedes sociales, casales falleros, garajes e incluso algún piso (este año, el Ecce-Homo) se transforman por arte de magia en pequeñas capillas donde el visitante puede conocer la historia de cada imagen, rezar, escribir una plegaria o encender una vela.

Estas imágenes pueden volver a verse en la noche del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección. La sugerencia es ir a verlas entre las doce de la noche y las dos de la madrugada en las que, además, los colectivos han procedido a cambiar el aspecto: se pasará de los tonos oscuros del luto a los claros de la Resurrección.