La Semana Santa Marinera no tiene un acto global que sirva de colofón. Porque, aunque pueda parecerlo, no lo es el Desfile de Resurrección. La última acción propiamente dicha la organiza la Hermandad del Santo Sepulcro en una plaza, la de la Santa Cruz, cuyo protagonismo es casi exclusivamente en la jornada dominical, puesto que también es el lugar donde empieza al desfile. Ayer, pasadas las tres de la tarde, sus componentes compusieron la particular coreografía que, al son de la banda de música, fueron escenificando un «caracol», en el que el particular corro se fue retorciendo sobre sí mismo alrededor del estandarte de la hermandad para, poco a poco, deshacerse, acabando con un aplauso general de los hermanos.