Por tradición familiar, por invitación nueva, por interés, por no perder la estela, por convicción, por obligación o por todo un poco, lo cierto es que la clase política redobla, conforme pasan los años, su presencia en la Semana Santa Marinera. El Desfile de Resurrección tuvo una notable presencia tanto en el palco de autoridades como en la calle como participantes. Así, se pudo ver especialmente a miembros de la corporación municipal de todos los colores políticos salvo València en Comú. El presidente de la junta mayor, Antonio Carles, expresó su agradecimiento al equipo de gobierno por el apoyo recibido por la fiesta a pesar de tratarse de un gobierno de izquierdas. En el caso de Compromís, sin embargo, el edil Pere Fuset fue el único presente en el desfile, aunque Carlos Galiana también se ha dejado ver estos días.

También la visita a las imágenes y procesiones ha sido objeto de recorridos organizados por los diferentes grupos políticos aunque, en el caso del PP, no fue algo en común: se pudieron ver por separado a grupos encabezados, por ejemplo, por el parlamentario Luis Santamaría, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, o concejales como Félix Crespo, que es granadero desde hace quince años o Eusebio Monzó. Del PP también se ha visto en diferentes actos, incluyendo el Santo Entierro, y visitando cofradías durante toda la semana, al diputado José María Chiquillo. La pertenencia de la socialista Sandra Gómez a la Semana Santa Marinera data de hace tres generaciones y desfiló con el Cristo de la Palma. O Amadeu Sanchis, hijo del Cabanyal, y cofrade de la Oración de Jesús en el Huerto.

Ribó y Cañizares, ausentes

Ciudadanos estuvo representado por Fernando Giner como clavario mayor de la Cofradía de Jesús en la Columna y Amparo Picó, aunque Manuel Camarasa también ha participado en procesiones a lo largo de estos días.

El alcalde, Joan Ribó, no estuvo presente este año en el desfile ni en la ciudad. El primer año de su mandato optó por verlo desde un balcón y no desde la tribuna de autoridades. Ayer no estuvo, como tampoco el cardenal Cañizares, ausente de todos los actos.