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Semana Santa

El arzobispado arremete contra las cofradías "paganizadas"

El arzobispo les sugiere que desconfíen de quienes les quieren separar de la religión por más apoyo y ayudas que les den

El arzobispo Antonio Cañizares con una cofradía de Ciutat Vella. levante-emv

La polémica surgida entre el sacerdote del Grao, de València, y las cofradías de la Semana Santa Marinera por la organización y el sentido de las procesiones se enmarca en una directriz general del arzobispo de València, Antonio Cañizares, en la que pide a los cofrades que se centren en la evangelización de la sociedad en detrimento de manifestaciones estéticas y costumbristas «vacías de hondura y de verdad».

En el documento, una carta pastoral de 60 páginas dirigida « A las cofradías», el arzobispo Antonio Cañizares, que pasa por ser uno de los miembros más conservadores de la Conferencia Episcopal, asegura que la Semana Santa «se ha desdibujado, se ha secularizado».

«Se ha convertido con frecuencia en una semana de vacaciones cortas o en días apropiados para hacer turismo o para el descanso. Se ha descristianizado y hasta paganizado», asegura el arzobispo, que lamenta que «a veces parezca más importante que determinadas procesiones sean declaradas de interés turístico que la pasión muerte y resurrección de Cristo».

«Creedme que me da mucha pena todo esto», afirma contundente. «Las procesiones no siempre son signo de religiosidad y de una fe, sino expresiones culturales que, por ser vaciadas de contenido y despojadas de la fe que debería animarlas, se quedan en lo estético o se identifican con los sentimientos sociales de unos grupos más o menos entusiastas».

En su carta pastoral, distribuida en los últimos dos meses y con más intensidad en las últimas semanas, Antonio Cañizares se refiere específicamente a la Semana Santa Marinera de València para hacer una súplica a sus párrocos.

En su opinión, la ciudad está «secularizada» y la Semana Santa pasa desapercibida, por lo que le «preocupa mucho que València se secularice aún más, que se mundanice aún más la Semana Santa y se reduzca en el mejor de los casos a unos días de vacaciones y asueto». Por ello, propone que las manifestaciones religiosas no se limiten al Marítimo y se amplíen a toda la ciudad.

En última instancia, Cañizares hace una mención expresa a quienes ayudan a la Semana Santa o a quienes utilizan las hermandades para conseguir protagonismo. Asegura que las cofradías no son «un mero hecho cultural, ni un elemento simplemente social y popular o una peña de amigos» y advierte de que dejarse arrastrar «por fuerzas de nuestra sociedad» fuera de la Iglesia sería su muerte, «por más ayudas y apoyos aparentes que pudierais recibir de ellas».

Y concluye diciendo que las cofradías no son «para el lucimiento de nadie, ni para protagonismos de nadie, ni están al servicio de ninguna apetencia de poder, de imagen o de apariencia».

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