L. B., Valencia

Máxima expectación de los valencianos por el Palau de les Arts de Valencia. En la soleada mañana de domingo de ayer era la atracción de miles de ciudadanos que acuden cada domingo al viejo cauce del Túria para disfrutar de unas horas de sol. Las altas temperaturas acompañaban. Aunque el Teatro de la Ópera, que se abrió para 1.800 VIP en la jornada inaugural del sábado, continuaba cerrado ayer por la mañana para el ciudadano de a pie. Y rodeado de las mismas vallas que impidieron ver a la Reina el sábado, como se lamentaron los vecinos.

Además, a pesar de toda la parafernalia inauguradora, el Palau sigue rodeado de maquinaria, casetas de obra y una franja por urbanizar por lo que el entorno aún no es el marco incomparable en el que se ha convertido l$27Hemisfèric, l$27Umbracle o el Museo de las Ciencias para que los recién casados inmortalicen «el día más feliz de su vida» entre las formas orgánicas ideadas por Santiago Calatrava.

Aunque estos detalles no parecían importarles a los miles de valencianos que acudieron por la mañana a admirar el Palau de les Arts desde la distancia. Teresa y Vicent, vecinos de Valencia, se acercaron hasta el río como cada domingo «porque pensábamos que el concierto de bandas era por la mañana». A Vicent le encanta el Palau, «porque lo he visto nacer. Es enorme y grandioso. Ha costado mucho dinero pero, hoy en día, ya no criticamos lo que se invirtió en la Lonja o la Estación del Norte». Gonzalo, vecino de Valencia, iba explicando a su hijo Gonzalo el significado del Nou d$27Octubre y las distintas formas que representa el Palau («un casco, un pez o un barco»), mientras ambos paseaban por el río. Se habían acercado «para ver una obra que hasta ahora sólo han disfrutado unos pocos. Ha costado mucho dinero. Esperemos que se acuerden de los ciudadanos para enseñarnoslo por dentro y poder disfrutar de la obra de Calatrava. Que a estas alturas no esté abierto me parece una falta de respeto a los ciudadanos». Fernando Pascual y Elvira, también vecinos de Valencia, habían ido a propósito a ver el Palau pero no les importaba que estuviera cerrado. «Es magnífico, una maravilla, una obra muy buena», aseguraba Elvira quien confesaba «sentir mucho amor por Valencia» . «La estructura es muy buena y el diseño es precioso. ¡Y cómo se aguanta!», explica Fernando que pasa en bici todos los días por el río. Por último, Asunción, Maria, Vicent y Pepe, se habían desplazado desde Alaquàs «exclusivamente para el ver el Palau porque no es lo mismo verlo en la tele que aquí». Tampoco estaban decepcionados por encontrarse el recinto cerrado. «Por fuera es maravilloso, muy bonito, cuando lo abran esperamos venir». Sólo otros 1.800 privilegiados invitados, que tuvieron que guardar cola, pudieron ayer disfrutar de una sesión de ópera.