A. G./Levante-EMV, Valencia

Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universitat de València dirigidos por el catedrático de Fisiología José Viña concluye que algunos productos derivados de la proteína de la soja, como la genisteína, pueden tener efectos positivos para la salud y aumentar la longevidad. En concreto, entre 5 y 7 años.

La genisteína es el fitoestrógeno (estrógeno obtenido a través de vegetales) más abundante en la soja y los investigadores han observado que «aumenta la expresión de genes antioxidantes que favorecen la longevidad», según un comunicado de la Universitat.

El grupo de trabajo que encabeza Viña ya había desarrollado estudios sobre las causas por las que las mujeres viven más, fenómeno que habían atribuido a las hormonas. El uso de estas como terapia tiene efectos favorables, pero otros perjudiciales, por lo que los investigadores, explicó Viña a este diario, buscan sustancias que puedan producir sólo los positivos. La genisteína, de acuerdo con el estudio, podría tener estos resultados

El trabajo ha sido publicado en Faseb Journal, la revista de la Federation of American Societies for Experimental Biology, con el título Genistein, a soy isoflavone, up-regulates expression of antioxidant genes: involvement of estrogen receptors, ERK1/2, and NF kappa B. Está firmado por Viña y Consuelo Borrás, Carmen Gómez-Cabrera, Juan Sastre y Federico Pallardó, investigadores del departamento de Fisiología de la Universitat. Según Viña, «entre los especialistas existe una gran controversia en relación al empleo de terapia hormonal sustitutiva con estrógenos, pues ha sido asociada con un incremento de la incidencia de algunos tumores, e incluso algunas publicaciones señalan que podría afectar negativamente al sistema cardiovascular». Por ello, los investigadores de la Universitat de València se centraron en el estudio de la genisteína, ya que, «esta molécula, al tener una estructura química muy similar a los estrógenos, es capaz de unirse a receptores estrogénicos», señaló el doctor.

Según el científico, «los resultados de la investigación demostraron que, a concentraciones nutricionalmente relevantes, similares a las presentes en el plasma de personas que consumen habitualmente soja (como los orientales), la genisteína reproduce los efectos beneficiosos del estradiol». Tiene por tanto las aportaciones favorables de los estrógenos, pero no las negativas.

No obstante, José Viña precisó a este diario que estos efectos se observan en dietas con un consumo elevado de soja, como la japonesa. «La genisteína -aseguró, según recoge el comunicado de la institución académica- induce la expresión de genes antioxidantes de longevidad mediante la activación de receptores estrogénicos y de las vías de señalización de los mitógenos activados por kinasas (MAPK) y del factor nuclear kappa B (NFkB)».

Por ello, recalcó que sería recomendable introducir en la dieta occidental una cantidad de soja comparable a la que consumen las personas que, como los orientales, se alimentan a base de dietas ricas en soja, con el fin de inducir la expresión de genes de longevidad.