OTR/Press, Madrid

El alemán Harald zur Hausen, descubridor de los virus del papiloma humano que causan el cáncer de cérvix, y los franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier, descubridores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), han sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina 2008. El Premio Nobel está dotado con un millón de euros. La mitad corresponderá a Zur Hausen y la otra mitad (una cuarta parte para cada uno) a Barre-Sinoussi y Montagnier

Harald zur Hausen, de nacionalidad alemana y nacido en 1936, preside el Centro de Investigación de Heidelberg. Frente a la opinión predominante en los años setenta, Zur Hausen postuló el papel jugado por un virus oncogénico, el virus del papiloma humano (HPV), en el cáncer de cérvix o de cuello de útero, el segundo tumor maligno más común entre las mujeres. Fue a partir de estudios con liebres cómo el investigador alemán logró aislar dos cepas del virus del papiloma humano implicadas en el 70% de los tumores de cuello del útero. Sus descubrimientos permitieron el desarrollo de la vacuna contra el papiloma humano, un cáncer que registra cada año casi medio millón de casos nuevos y alrededor de 250.000 muertes.

Las investigaciones de este científico en este aspecto han permitido que esté disponible en el mercado una vacuna diseñada para prevenir esta patología. De hecho, la terapia ya ha empezado a administrarse a las adolescentes españolas este mismo año y, explican los expertos, será de especial utilidad en los países en desarrollo. Es allí, precisamente, donde el virus causa más estragos debido a que no existen programas organizados de citología que permitan detectar a tiempo lesiones precancerosas en el cuello del útero.

Los otros dos premiados en esta edición, Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier han sido galardonados por conseguir identificar y describir en 1983 el virus causante del sida, una enfermedad que reduce la efectividad del sistema inmunológico y genera vulnerabilidad ante cualquier tipo de infección y que sigue causando en la actualidad alrededor de 5.700 muertes cada día en todo el mundo y que afecta en la actualidad a cerca de 33 millones de personas, un 90% de las cuales viven en Africa.

Montagnier, nacido en 1932, trabaja en la Fundación Mundial para la Investigación y Prevención del Sida de París, mientras que Barré-Sinoussi, nacida en 1947, pertenece a la Unidad de Regulación de Infecciones Retrovirales del departamento de Virología del Instituto Pasteur de París.

En 1983, ambos científicos consiguieron aislar el virus a partir del análisis de células de nódulos linfáticos de pacientes a los que se les habían hinchado, un síntoma característico de las primeras etapas de la inmunodeficiencia.

El resultado fue el hallazgo del virus. Su descubrimiento permitió tanto el desarrollo de un anticuerpo que se comenzó a utilizar para identificar a los infectados como el inicio de las investigaciones sobre posibles tratamientos y una vacuna.

"Nunca antes la ciencia y la medicina habían sido tan rápidas para descubrir e identificar el origen y en aportar tratamientos a una nueva enfermedad", asegura el Instituto Karolinska. "Los éxitos en las terapias antirretrovirales han repercutido en la esperanza de vida de las personas infectadas con el VIH, que ahora consiguen alcanzar niveles similares a los de las personas no infectadas", añaden en el comunicado.

Poco después del descubrimiento del VIH estalló una fuerte polémica entre Montagnier y el investigador estadounidense Robert Gallo sobre la paternidad del hallazgo, ya que ambos habían conseguido aislar de manera independiente el virus. Finalmente, ambos científicos decidieron compartir el mérito.

Montagnier dijo que "los investigadores debemos continuar trabajando porque sigue sin existir una cura para el VIH. El combate continúa". Por su parte, Zur Hausen, no quiso olvidarse de sus colaboradores y ha añadido que el premio también es un reconocimiento para su formidable trabajo.