Levante-EMV/Efe, Valencia/Madrid

Circo Gran Fele, creado en 1993 en Valencia por Rafael Pla y que ha apostado por un espectáculo sin animales y con planteamientos teatrales, obtuvo ayer el Premio Nacional de Circo 2008, dotado con 30.000 euros. El galardón reconoce el trabajo de esta compañía que ha sido constante en una apuesta y una manera de entender el mundo del espectáculo circense en el que muchos no confiaban. Pero el tiempo les ha dado la razón.

El jurado concedía esta distinción por unanimidad "por su trayectoria creativa, su labor de recuperación y restauración del circo, por la formación de jóvenes artistas, la colaboración con universidades y la divulgación del circo español en ámbitos internacionales", según indicaba una nota del Ministerio.

La noticia sorprendía a la compañía en plenos preparativos para el estreno de su nuevo espectáculo A cuyas representaciones para escolares comenzarán el martes en Valencia aunque su estreno oficial no será hasta mediados del mes.

El fundador y director del Circo Gran Fele, Rafael Pla, se mostraba ayer "sorprendido, sobre todo porque por primera vez se le da este premio a un circo de nueva tendencia, a un circo relativamente joven, ya que tenemos quince años".

La compañía, actualmente integrada por doce artistas, cuatro músicos y dos técnicos especiales, tiene sus orígenes en la que fundó su padre, el ventrílocuo Gran Fele, en 1956.

Al morir Gran Fele, sus hijos, dos payasos conocidos como los Hermanos Pla, continuaron la compañía, pero la enfocaron al teatro infantil y la animación de calle, hasta que en 1993 uno de ellos, Rafael Pla, fundó el Circo Gran Fele. Este año, con su espectáculo A han participado en el Festival de Otoño de Madrid, y anteriormente han levantado títulos como Samsara (2007), Éione (2006), Xaloc (2005) Hierofantes (2004) y El Sabidor (2001) entre otros, con los que han estado en numerosos festivales de circo en Brasil, Finlandia, Lisboa y México, además haber actuado en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf.

En una carpa de 24 metros cuadrados, el Gran Circo Fele trabaja "muy cerca del público" porque "lo que más me interesa -dice Pla- es emocionar y sorprender", algo que hace con unos espectáculos que incluyen música en directo, proyecciones, "un guión aunque sea tenue" y "planteamientos más teatrales que circenses".

La carpa, asegura, es "el único parecido que guarda con otros circos", aunque los espectáculos, que a veces se realizan en la calle o en teatros, cuentan con elementos como acrobacias, malabares, payasos, magos o cuerda floja.

Rafael Pla lo enmarca también dentro del actual "resurgir del circo", un arte "que muchas veces se olvida en las artes escénicas".

"El circo ha estado tan abandonado, hasta por nosotros mismos, que ahora tenemos delante un mar de oportunidades", apuntaba el director de esta compañía, que ha recibido el apoyo del Programa Caliedoscopio de la Unión Europea como proyecto cultural de gran interés, y el Premio Max Especial Circo, en 2002.