El doctor Iván Mañero, cirujano plástico y director de la Unidad de Género del Hospital Clínico de Barcelona, miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica reparadora y Estética) , el 100 por ciento de los pacientes transexuales quieren operarse, pero existe un porcentaje que no lo hace por miedo a la intervención, por problemas económicos y por miedo al rechazo familiar, laboral y social.

"Después de muchos años de experiencia, conozco casos de pacientes que han sido rechazados por los suyos, pero no existe ningún paciente, de los cuatrocientos cambios de sexo que he realizado, que se arrepienta de su decisión", finaliza.

La causa de que los transexuales de mujer a hombre no requieran más intervenciones es que al tomar testosterona, hormona muy potente, ya consiguen masculinizar la voz, el crecimiento del vello en las zonas propias de los hombres, la caída de pelo en forma de entradas y el aumento de grasa en el abdomen.

"Por este motivo, a pesar de no estar actualmente conseguida la cirugía genital, estas personas tienen muchos menos problemas sociales porque en cuanto toman testosterona son auténticamente hombres de aspecto y su integración social y laboral es absoluta", apunta Mañero.

Durante la adolescencia se producen cambios corporales que podrían ser bloqueados para evitar la cirugía.

"Si en el cambio de mujer a hombre pudiéramos frenar el crecimiento del pecho en la adolescencia, evitaríamos la mastectomía; si en el cambio de hombre a mujer consiguiéramos que la testosterona no desarrollara el cráneo con forma masculina, evitaríamos la cirugía maxilofacial", señala.

"Por este motivo, -continúa el especialista- el número de cirugías que se realizan hoy en día es mayor del que sería necesario si el problema se comenzara a tratar de forma temprana".