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a noticia de los próximos carteles falleros será la casi segura ausencia de José Tomás. Por mucho que les pese a los que están intentando vender el Año Ponce como eje de las contrataciones del serial josefino. No hay más que hojear ciertos artículos de periodistas que son arte y parte del negocio taurino para comprobar que el homenaje a la gran figura valenciana será su principal baza para tapar la ausencia del madrileño. Ver para creer.

Ahora sabremos quién manda en Valencia. Si Digital Plus, con Prieto como principal valedor, o Simón Casas. Mucho nos tememos que el empresario francés juegue la partida con las cartas de otro y, que dependiendo de las bazas que le dejen, pueda o no resolver la situación a favor de los aficionados de verdad: los que pasan por taquilla religiosamente. La cosa puede tener gracia, o hasta mala leche. ¿Cómo se explicará que el diestro de Galapagar pueda torear en Castellón y Alicante y quede fuera de Valencia, cuando los empresarios son los mismos? ¿Su modelo de televisión promociona o condiciona, señor Prieto? ¡Qué lástima cuando las cosas se hacen sin pudor y obligando al empresariado a tragarse un sapo!

Sapos son los que, precisamente, no está dispuesto a tragarse el apoderado de José Tomás, Salvador Boix: "Simón Casas quiere hablar con nosotros, de hecho ya me ha llamado, pero no tenemos nada concreto. Nuestra primera opción lógicamente es torear en Fallas, pero cerrada esa puerta por la televisión, no vemos muchas posibilidades de ir a Valencia. No obstante nos sentaremos a hablar y veremos".

Es lo clásico, concluidas las fiestas de Navidad y Reyes, los empresarios taurinos, sobre todo los de las primeras ferias, comienzan a concretar sus carteles. Como las primeras ferias de relevancia son Castellón y Valencia -últimamente también Olivenza-, es lógico que los focos de la información se fijen en ellas. De Castellón, el empresario Enrique Patón, nos dice que tiene muy pensada la oferta que quiere hacer a los aficionados pero que de momento sólo puede hablar de la contratación de las ganaderías de Victorino Martín, Fuente Ymbro -dos clásicos ya en el abono de La Plana-, y Jandilla, que sería la corrida con la que si no surgen problemas de última hora, y según el propio empresario no tienen por qué ser surgir dado que "lo único que queda por concretar es la fecha en la que actuaría José Tomás".

La semana nos traía del otro lado del Atlántico una noticia que nos pone sobre aviso de lo que puede ser la temporada de Enrique Ponce. El diestro valenciano declaraba el domingo pasado al terminar su actuación en la plaza colombiana de Cali a una emisora local, su intención de retirarse en un futuro próximo. No daba fecha alguna, ni detalles que pudieran fijar lugar para el adiós, pero sí una previsión de que el final de su carrera vestido de luces está próximo: "Son ya veinte años y veo ya muy difícil volver a Cali, estas fechas deben ser para mi familia, mi niña, así que aprovecho los micrófonos para decirle adiós a una afición que me ha querido y respetado, no volveré pues mi despedida está cerca".

Haciendo una valoración de la temporada hispanoamericana, hemos caído en la cuenta de que ya no se le da a los triunfos que nos cuentan desde allí, el peso que se le asignaba antaño, que algo, que no era precisamente falta de ilusión por nuestra parte, estaba pasando, que nuestro subconsciente estaba siendo alertado de que algo no cuadraba. O los triunfos no son tan espectaculares como dicen las crónicas, o los toros no tienen la importancia que dichas informaciones reseñan.

Buceando para encontrar explicación lógica a la pérdida de esa magia que aportaba la crónica escrita, nos encontramos con una realidad tan clara y rotunda como la que aportan las imágenes que nos llegan a través de los site de los diarios locales o de los portales especializados de Internet. Esa y no otra es la razón del desencanto que cada vez más está haciendo mella en el ánimo de los aficionados. Aunque se sabe que las imágenes a través de una televisión o de los videos de Internet, carecen de la impronta que el espectador recibe al verlas en directo, en esas imágenes enlatadas hay evidencias que son irrebatibles. Denuncian que hay mucho más ruido que contenido.