El bramido que hace el elefante con su trompa es un sonido familiar, pero los animales también emiten gruñidos. Y estos gruñidos son sólo audibles parcialmente ya que dos terceras partes se llevan a cabo en frecuencias que son demasiado bajas para ser detectadas por el oído humano. Para entender más sobre esta parte inaudible del gruñido, el equipo de científicos del Zoológico de San Diego (EE.UU), adhirió a las hembras del zoológico un micrófono sensible a estas frecuencias y un sistema GPS. Los investigadores después compararon los ruidos de los animales con la actividad que estaban llevando a cabo, y llegaron a la conclusión que las hembras embarazadas usan este sistema de comunicación de baja frecuencia para anunciar al resto de la manada que están a punto de parir. Otro gruñido de baja frecuencia, que se pensaba las hembras sólo utilizaban para aparearse con los machos, también lo usan para llamarse entre ellas.