­Las consultas de los asesores de imagen son mucho más frecuentadas por los políticos que la del médico de cabecera, especialmente en época de campaña. Sin embargo algunos sucumben a esas «obligaciones», como es el caso del presidente del PP, Mariano Rajoy, que ante los cambios de imagen que proponen para él algunos estilistas, bromea con que su cara tiene «difícil arreglo».

Además, afirma que no se afeitará la barba en un futuro y estima que los electores no votan a los dirigentes políticos por su aspecto físico.

Totalmente en contra de esa postura conservadora se encuentra uno de los estilistas más renombrados de España, Ramiro Fernández, que recuerda al político gallego que «además de convencer, un político tiene que seducir».

Peluquero de la Selección Española de Fútbol, Fernández recomienda al líder del PP que busque «concordancia entre su peinado, su barba, vestido, figura y personalidad». No cree buena idea que se afeita la barba, porque sus electores están acostumbrados a verle así, pero sí que la cuide cada 20 o 25 días sin falta. El experto califica a los políticos, según su imagen como IPA (Imagen Personal Atascada) o IPI (Imagen Personal Impulsora). No lo duda, Rajoy es un ejemplo de IPA.