Los Jardines Marina d'Or albergaron ayer la ceremonia nupcial de Jesús Ger García, presidente del grupo Marina d'Or y Sandra Rodríguez Almeida. Bajo un ambiente íntimo y familiar, los novios compartieron con los 350 invitados la alegría propia del enlace.

Minutos antes del inicio de la ceremonia, oficiada por Rafael Albert, alcalde de Orpesa, llegó el novio del brazo de la madrina, su hermana Antonia Ger. Con un ligero retraso apareció la novia, acompañada por su padrino, José Alves de Almeida.

Ger, que fue recibido en la entrada por el alcalde Rafael Albert, esperó a su prometida en el pórtico de acceso a los Jardines. Con los invitados instalados en el interior, Miguel Rey, cuñado del novio, dedicó unas palabras previas en honor a la pareja protagonista. En su parlamento, Rey alabó las bondades de su cuñado, así como su trayectoria vital y empresarial. A continuación, Albert ofició la sencilla ceremonia, en la que los tres nietos de Jesús Ger fueron los encargados de portar las arras correspondientes.

Una vez concluida la ceremonia, el epicentro del evento se trasladó a la Pérgola de los Jardines, donde un cuarteto de cuerda amenizó el cóctel de aperitivos fríos y calientes que se sirvió.

Entre los invitados destacó la presencia del presidente en funciones de la Diputación de Castelló, Francisco Martínez. También disfrutaron del evento el senador del Partido Popular, Juan José Ortiz, el miembro de la Fundación Bancaixa, Josep Catalunya, y el director del centro médico de Marina D'Or y catedrático de Neuropediatría en la Universidad Complutense de Madrid, el doctor Tomás Ortiz.

Tras el aperitivo, los presentes se desplazaron a los salones del Hotel Marina D'Or, para disfrutar de la cena. Se sirvieron cigalas de Muros, langostas del norte, langostinos de Vinaròs y percebes gallegos. A continuación, un sorbete de Martini Bianco y manzana verde preparó a los asistentes para la degustación del plato principal, paletilla de cordero asado tradicional con duquesa de castaña y piñones, y cebollitas francesas caramelizadas. El postre fue un cóctel de mascarpone con chocolate y la tarta nupcial de coco y mango. Todo ello, regado con vino verdejo de Rueda de Londrade y Lurzón, Ribera del Duero reserva 2004 y Moet & Chandon Brut Rose.

Pese a la incertidumbre meteorológica, la lluvia respetó a los novios.