Las finanzas de Michael Jackson revivieron tras el fallecimiento del "rey del pop", cuyas ingentes deudas en vida han ido saneándose durante este año gracias al resurgir de sus ventas y al final de los gastos excéntricos.

A pesar de un patrimonio que rebasaba con creces los 1.000 millones de dólares (813 millones de euros), el cantante arrastró hasta que murió el 25 de junio de 2009 una precaria situación económica marcada por una pésima liquidez y numerosas deudas que alcanzaban los 500 millones de dólares (407 millones de euros).

A punto de cumplirse el primer aniversario del trágico adiós del artista, los gestores nombrados por Jackson en su testamento para manejar su herencia, el abogado John Branca y el ejecutivo discográfico John McClain, han revertido esa situación crítica.

Según datos del diario Wall Street Journal, el fondo de Michael Jackson habría generado más de 200 millones de dólares (162 millones de euros) de beneficio en un año, cantidad que sirvió para salvar algunos embargos y zanjar cuentas impagadas durante tiempo, como la minuta del abogado que defendió al artista en el juicio por abuso de menores en 2005.

Su propia muerte supuso un revulsivo espectacular de sus ingresos gracias a las ventas de sus discos -fue el artista que más álbumes vendió en 2009 en EEUU- y la recaudación por derechos de autor, así como de otros acuerdos firmados por el fondo fiduciario de Jackson. Otro factor fue la propia desaparición del cantante, quien acostumbraba a realizar gastos desmedidos y vivió abonado al lujo extremo en su mansión de Neverland. A pesar de todo, los administradores de la herencia tendrán que hacer frente al pago de un préstamo valorado en 244 millones de euros.