La Tate Modern ha prohibido a sus visitantes que caminen sobre los más de cien millones de pipas de porcelana del artista chino Ai Weiwei que cubren el suelo de su Sala de Turbinas, ya que el polvo que levanta ese material podría suponer un riesgo para la salud.

Si en un principio al visitante se le permitía entrar en esa sala y pisar las falsas semillas de girasol que tapizan el suelo, a partir de ahora, tras consultarlo con el artista, la Tate no dejará que el visitante se pasee por encima de la escultura. «Aunque la porcelana es muy sólida, la entusiasta interacción de los visitantes ha provocado un nivel de polvo mucho más alto de lo espera­do», explicó un portavoz.