¿Qué hace un ibicenco en el MIT?

Eso mismo me preguntan allí. Intento aprovechar al máximo porque es una oportunidad única. Si volviera a nacer no me tocaría otra vez. Llegar allí ha sido cúmulo de casualidades, trabajo y buena suerte.

¿Cómo es un día allí?

Estoy todo el día en la universidad. De nueve a nueve. De nueve a diez hago la compra, a las diez voy a correr y ceno a las doce.

En la facultad nos decían que el MIT era un centro para genios.

Yo soy la prueba de que no es así. [Ríe] Es difícil captar talentos. Aunque haya unos criterios objetivos no funcionan a la perfección. Se trata de gente muy entregada, que ha pasado muchos filtros. Hay gente muy buena que ha inventado avances que utilizamos hoy en día como Internet, el fax, el radar o las tarjetas de crédito. Logros impresionantes.

Por el MIT han pasado unos 80 premios Nobel. ¿Se ve haciendo grandes cosas?

Lo que he visto es que te dan todas las facilidades para desarrollar tu idea. Se preocupan de que puedas explotar cualquier potencial que tengas. Uno de sus lemas es que es una fábrica de ideas.

Estudió Ingeniería sin tener muy claro su camino. De momento ha escogido la línea del transporte.

El transporte aéreo es un sector en el que hay estrategia empresarial, implicaciones políticas y un fuerte componente tecnológico. No es algo específicamente técnico ni únicamente un negocio sin base tecnológica. Está a medio camino y eso me permite seguir construyendo conocimiento.

¿Sabiendo tanto de aviones vuela más tranquilo o más nervioso?

Yo voy siempre tranquilo. Es más seguro que ir en coche.

Dice que la diferencia entre estar en Barcelona o Londres son unas horas de avión. Parece que el mundo es muy pequeño.

El precio es la diferencia entre estar en Massachusetts o Londres, el tiempo ya no lo es tanto, aunque depende del carácter. Con Internet y el teléfono no hay barreras.

¿Los becarios del MIT son tan friquis como los protagonistas de «The big bang theory»?

[Ríe] Me gustaría ser más friqui porque significaría que domino mucho un área. Esa es una diferencia con España. Aquí importa que tengas un mínimo conocimiento de muchas áreas. Allí, al tener una economía basada en roles muy específicos, se pegan por los friquis. He ido a ferias y las empresas quieren ingenieros informáticos. Aquí es un rol denostado y allí son las estrellas. Seguramente su dirección es la correcta. El estadounidense es un gran mercado, también las empresas, y quieren tener al mejor en cada puesto. Vamos en esa dirección, a un mundo dominado por friquis.

Si usted no hubiera salido de España…

Estaría en paro. Fuera un ingeniero bueno o malo, da igual. Por probabilidades, estaría en paro.