No piensen en siglos pasados cuando imaginen las relaciones de un duque con sus sirvientes. No al menos del duque sin sangre azul que desde hace cuatro meses protagoniza la actualidad con sus negocios umbríos. Urdangarin mantiene una relación distendida con sus colaboradores. Claro que la cercanía genera confianza, bromas y chascarrillos: material alegre y peligroso en según qué contexto, en los que podrían caer chistes como el que los Tejeiro y el duque intercambian tras la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz. Es el caso del que le manda al duque su asesor Marcos Tejeiro, que tras el enlace del heredero de la corona adjunta un vídeo cómico con la "retransmisión de la boda real por Luis Moya". "Llega un poco tarde, pero es muy divertido". En el vídeo, Sáinz comenta a velocidad de vértigo las indumentarias y gestos del bodorrio. También le pone chiste y guasa a las patadas de Froilán a una de las niñas invitadas al casamiento.