El torero Enrique Ponce y su mujer, Paloma Cuevas, han ganado la batalla legal que tenían abierta con la Agencia Tributaria por las desgravaciones que se hicieron en la declaración de la renta de 1999, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso Levante-EMV. Hacienda no le permitió al torero deducirse como gasto la compra de entradas en corridas en las que participaba y que utilizaba para compromisos, y tampoco estaba de acuerdo con el incremento de patrimonio por su temporada en América.

La pareja presentó en el ejercicio de 1999 una declaración de la renta por un importe de 164.639 euros y Hacienda consideraba que la liquidación debía ser de 178.189 euros.

La Audiencia Nacional dio en primera instancia la razón a la Agencia Tributaria, pero el Supremo ha tumbado el fallo. El Alto Tribunal advierte de que la compra de entradas estaba justificada y era necesaria para su promoción, y que la liquidación por las corridas en América estaba bien hecha.