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Cualquier aspecto de la vida de doña Letizia que pueda ser captado con el objetivo de una cámara es sometido a análisis público. Una de las cuestiones que más interés suscita es la de los cambios que se han producido en la apariencia física de la princesa, en concreto, los asociados a procedimientos de cirugía o tratamientos estéticos.
La única intervención reconocida es la rinoplastia a que se sometió la princesa de Asturias en el verano de 2008. Fue inevitable admitirlo tras su presencia, en pleno posoperatorio, en el funeral de las víctimas del trágico accidente de Spanair. Los especialistas consideran que, a esta cirugía -se habla de más, pero no están confirmadas- habría que sumar otros procedimientos estéticos no quirúrgicos, como rellenos, bótox o vitaminas. Lo que sí es evidente es la transformación y los expertos coinciden en valorarlos como una mejora. También el pueblo: las encuestas señalan el nuevo físico de Letizia como uno de sus puntos fuertes.
