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Entrevista | Cristina Soria

"La palabra es el 7 % del mensaje, la mayor parte son los gestos"

«La gestualidad de los políticos es mecanizada, no resulta cercana», asegura la experta

"La palabra es el 7 % del mensaje, la mayor parte son los gestos"

Las palabras son el 7 % en la comunicación, cuenta, ¿más de la mitad del mensaje es información gestual?

Lo que menos peso tiene es la palabra, en sí no transmite el estado de ánimo. La palabra es una parte importante del mensaje, pero no es lo más importante. Hay gestos que hacemos conscientemente y otros que no se pueden controlar.

¿Y eso lo saben los políticos?

Deberían saberlo (sonríe). Los políticos hacen muchos gestos conscientes, muy mecanizados y siempre los mismos, no son cercanos. Si fueran más naturales, se dejaran a un lado el discurso, y supieran transmitir a la opinión pública realmente lo que piensan, lo que sienten, llegarían más.

¿Ser 'coach' en Telecinco no le carga con una etiqueta?

Sí, una etiqueta que para muchos será limitante, negativa, pero para mí es positiva. Sin este programa la gente no me habría conocido, no habría tenido la oportunidad de escribir y de aprender. Porque, a pesar de que todo el mundo piensa que Sálvame está guionizado, es un programa vivo, libre, que va surgiendo.

¿El 'coaching' con famosos es igual que con anónimos?

Yo no me quedo en el personaje, voy a la persona. Pero no es una sesión con un cliente, en un ambiente íntimo. Lo está viendo todo el mundo, es televisión y tiene que haber espectáculo. Es de agradecer que se se desnuden delante del público. Ves a Kiko Matamoros llorar, rompiéndose como persona y como personaje. Muchísima gente se siente identificada, con Terelu (Campos) un montón de mujeres y ahora con Rosa (Benito) también; hay muchísimas mujeres a las que su marido engaña, las deja en la ruina... Esa es una parte de mi trabajo, pero luego está la gente de la calle. Para acudir a un coach no hay que tener un determinado estatus, solo una motivación para conseguir algo. Vienen más mujeres, porque nos abrimos más en canal.

¿Qué buscan las personas que acuden a usted?

De todo. Sobre todo hay temas de autoestima, inseguridad, separaciones o madres primerizas, problemas de pareja, mujeres con el nido vacío. Más temas personales que profesionales.

¿Vivimos en la era tecnológica y a la vez en el analfabetismo emocional?

Sí, porque no se integra en el aula la capacidad de escucha, la empatía, la gestión de la frustración...

¿Dónde termina el psicólogo y dónde empieza el 'coach'?

Son distintos, pueden ser complementarios. El coach trabaja sobre objetivos reales y alcanzables en el tiempo, no tratamos la patología. El psicólogo sí puede mirar el origen de esos problemas, de esos traumas. Allí cuentan, se desahogan, pero llega un momento en que necesitan la acción. Y ahí estamos nosotros. Yo escucho, pero tengo que ver el problema desde otro ángulo y hacer preguntas que te hagan pensar desde otra perspectiva. Yo creo que es un trabajo complementario, porque lo nuestro es como un impulso, es un motor.

¿Y funciona?

Funciona. Al final lo integras como un estilo de vida. Una persona que hace un proceso de coaching cuando sale cambia supensamiento de "ésta es mi ver dad", entiende que cada uno tiene un punto de vista diferente, aprende a relacionarse mejor con los demás y a colocarse en el lugar que le corresponde.

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