Margarita de Dinamarca cumple hoy 75 años sin la tentación de jubilarse. «No tengo ningún problema con mi edad. No puedo correr, hacer esquí nórdico ni bailar ballet, pero aparte de eso, físicamente estoy muy bien», manifestó la reina danesa en una rueda de prensa previa a la celebración oficial de su cumpleaños.

Por tanto, pese a su edad y después de 43 años en el trono, a Margarita no se le ha pasado por la cabeza la idea de abdicar, una tendencia que parece haber cogido fuerza en algunos reinos como España, Holanda o Bélgica, pero que es infrecuente en los países nórdicos. «De ninguna manera», respondió al ser inquirida por una posible dimisión, aunque reconoció que sus obligaciones como portadora de la corona le dejan poco tiempo para sus cosas. «Puede ser que mis nietos no reciban tanta atención como los nietos de otros», apuntó al respecto.

Además, al ser interrogada sobre cómo le gustaría que la recordaran, Margarita indicó que sólo piensa en sus conciudadanos. «Creo que lo más importante para mí siempre ha sido que lo que he hecho pudiera beneficiar a mi país y mis ciudadanos. Y espero que se acuerden de que siempre me esforcé».

El momento agrio de la comparecencia de la reina danesa llegó cuando Margarita le reprochó a un joven periodista que no se dirigiese a ella de usted, un trato distinguido y reservado casi únicamente a la realeza en Dinamarca. «No creo que hayamos ido a la escuela juntos, así que no creo que debamos tutearnos», le espetó.

Una tiara de 50.000 euros

La reina Margarita celebró anoche en Copenhague una cena de gala a la que asistieron los representantes de otras casas reales europeas, entre ellas, la española. El Rey Felipe VI y la Reina Letizia acudieron a la cita junto a los Reyes de los Países Bajos, de Noruega, de los Belgas y de Suecia.

Fue en esta ciudad, hace once años, donde el entonces Príncipe de Asturias presentó a las realezas europeas su prometida, una semana antes de la boda. Para aquella cita, Letizia acudió con un vestido de seda rojo de Lorenzo Caprile. Ayer, por contra, lució un estampado en blanco y negro y sorprendió con la tiara que Felipe le regaló en 2009 y que había aguardado en el joyero los últimos seis años. Se trata de una joya de tá valorada en 50.000 euros, diseñada por la familia Ansorena.