El exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, ha sufrido esta tarde un amago de infarto mientras permanecía en el patio de la cárcel de Alhaurín de la Torre, según informaron a este periódico fuentes de la propia prisión. Varios funcionarios de prisiones trasladaron a Julián Muñoz a la enfermería, donde se le informó de que había sufrido un amago de infarto y lo estabilizaron. Según estas mismas fuentes, Muñoz ha sido trasladado ya su celda de la cárcel malagueña, donde permanece ahora recluido debido a que está siendo juzgado por el caso «Fergocon». Sin embargo, debido a su estado de salud la Sección Octava de la Audiencia de Málaga ha permitido al exalcalde de Marbella, en prisión por otros procedimientos penales, acudir sólo a determinadas sesiones del juicio por el caso «Fergocon», sobre las presuntas irregularidades en contrataciones de obras por parte del Ayuntamiento marbellí en 2001 y 2002.

Esta decisión fue adoptada el pasado día 2 de septiembre por los magistrados después de que el abogado defensor del ex regidor, Javier Saavedra, pidiera que su cliente no asistiera a todas las sesiones de la vista oral debido a sus enfermedades.

Muñoz, con un estado de salud muy deteriorado, insistió ese día al Tribunal que «físicamente» no cree que «pueda aguantar» debido a sus problemas de salud y relató que en ocasiones tiene que salir al hospital y se cansa mucho. El exalcalde asistió al juicio con una camiseta negra y pantalón de chándal y continuamente se puso un pañuelo en la boca. «No voy aguantar el trasiego de ir y venir de la cárcel al juicio», relató Muñoz.

Hay que recordar que la Audiencia de Málaga anuló el 3 de septiembre el tercer grado penitenciario o de semilibertad aprobado al exalcalde de Marbella por enfermedad grave e incurable, ya que consideró que su estado no es terminal y además puede blanquear las «ingentes» cantidades de dinero que no se han recuperado. En un auto, la sección tercera de la Audiencia de Málaga atendía el recurso de la Fiscalía y subrayaba que el exalcalde, con condenas que suman 13 años y 12 meses por varios casos de corrupción, padece varias patologías graves e incurables. Sin embargo, la Audiencia precisó que su estado «no es en absoluto terminal», y agregó que no existen razones humanitarias o de dignidad personal que justifiquen el nuevo régimen penitenciario que fue aprobado el pasado 3 de agosto.

El juez de Vigilancia Penitenciaria acordó a principios de este mes conceder el tercer grado a Muñoz por la falta de facilidad para volver a delinquir, por la escasa peligrosidad del interno y por razones humanitarias y de dignidad personal debido a su deteriorado estado de salud. El auto del Juzgado de Instituciones Penitenciarias que le otorgó el tercer grado subrayó su deteriorado estado de salud y la «alta posibilidad» de sufrir una muerte súbita, ya que tiene entre sus dolencias una cardiopatía isquémica-hipertensiva, diabetes mellitus tipo I, dislipemia, insuficiencia venosa, hipoacusia bilateral, ictus sin secuelas neurológicas y aneurisma de aorta.