­Con la serie Juego de Tronos, Peñíscola ha vuelto a revivir la que posiblemente haya sido la escena de rodaje más importante de los más de 100 años de historia de cine de la ciudad en el mar. Y esta escena no es otra que la que hace ya más de 50 años rodará Charlton Heston a lomos de su caballo Babieca bajo las ordenes del director norteamericano Anthony Mann en la entrada de El Cid en la ciudad de Valencia.

El escenario continuaba siendo el mismo, las imponentes murallas de Felipe II recien restauradas en la bajada del Portal Fosc, además de una legión de extras dispuestos a colaborar en una gran superproducción internacional. Solo que cambiando el jinete. Y la Plaza Santa María donde se rodó la escena más importante del serial de la HBO, que ayer empezó una nueva etapa de su aventura española en Almería.

Los decorados

Otro hecho destacable que posiblemente haya hecho recordar a todas las personas mayores del lugar la vuelta atrás en el tiempo a la época de El Cid es el gran realismo con el que la productora decoró y «disimuló» todos los aspectos urbanos para que fuese una auténtica ciudad de Juego de Tronos. Al igual que resultó difícil en El Cid distinguir entre lo que era real y lo que no, en Juego de Tronos ocurre exactamente lo mismo ya que el grado de detalle es tal que para una persona que no conozca el lugar será casi imposible diferenciar realidad de ficción.

Un ejemplo es la Plaza Santa María, donde las escaleras de metal del Paso de Ronda que conectan la Plaza con las murallas fueron totalmente disimuladas bajo la apariencia de unas auténticas escaleras de madera de origen medieval que cualquier persona que no conociera las verdaderas pensaría que se trataba de las originarias escaleras de la época del Papa Luna.

Una ciudad de cine

Salvando las distancias, si bien Juego de Tronos supone la vuelta de Peñíscola a la primera fila del panorama internacional como ciudades plató, hay que recordar que la Ciudad en el Mar cumplió el pasado año 2014 cien años de historia de cine, desde que en el año 1914 se estrenará la película Ana Cadova del director catalán Fructuos Gelabert, primera película rodada en Peñíscola.

Desde entonces Peñiscola ha conocido títulos como La alegría del Batallón (1924), La Vida es maravillosa (1955), Los Corsarios del Caribe (1960), Todos eran culpables (1962), Jo, papa (1967), El juego del diablo (1978), El hijo del cura (1982), El cura ya tiene hijo (1984), Fuga de la isla del diablo (1984), Tramontana (1990), El día nunca por la tarde (1994), Tierra (1995), París-Tombuctú (1999), Mataharis (2007) y las últimas películas rodadas hasta la fecha: Fin, protagonizada por Maribel Verdú y Clara Lago y dirigida por Jorge Torregrosa, y Blink, un film onírico de Diego Latorre con Fele Martínez, Eduardo Casanova y Macarena Gómez.

Por supuesto sin olvidar las míticas Calabuch (1956) y El Cid (1961) que marcarón un antes y después en la historia de Peñíscola y en su proyección cara al resto del mundo. Una historia que bien puede volver a repetirse ahora con dos series bien diferentes una de otra, como son El Chiringuito de Pepe y Juego de Tronos, que al igual que Calabuch y El Cid, cada una le ofrece al espectador una Peñíscola diferente e irrepetible. Desde la más tierna y mediterránea en El chiringuito de Pepe (Telecinco) hasta la ciudad mas histórica y medieval en juego de Tronos. Todas ellas en una sola, Peñíscola.