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Innovación

Un vino... ¿azul?

Una empresa valenciana consigue elaborar un caldo de color cyan sin necesidad de añadir edulcorantes, por lo que conserva el aroma y sabor original

Un vino... ¿azul?

­En el mundo del vino no puede decirse, aunque parezca lo contrario, que está todo inventado. Y si no, que se lo digan a Rubén Soto, un empresario de Orihuela que, a sus 24 años, lleva toda su vida dedicada al negocio del vino. La falta de innovación en el sector y la voluntad de «acercar el vino a la gente joven, que es algo que se va perdiendo», le llevó a una idea que, «pese a que muchos me tomaron por loco», está danto sus primeros frutos con un gran éxito, sobre todo a través de internet, y no es nada más y nada menos que un vino azul. Ni blanco, ni tinto ni rosado... azul. «Pensé en un color que llamara la atención, y qué mejor que el azul, que además hace honor a la marca (Marqués de Rafal), ya que la nobleza, tiene ese punto de sangre azul» con el que se asocia a la realeza. Sin embargo, «el objetivo era que no afectase ni al sabor ni a las características propias del vino», pues, aunque no lo parezca, el caldo conserva todas sus cualidades intactas.

Pigmentos en la fase final

Para conseguirlo, el proceso de fabricación «huye de edulcorantes, que sí alteran el olor y el sabor del producto», y en su lugar se sustituyen por pigmentos que se añaden a la bebida «en la fase final de fermentación», además de integrar antioxidantes, lo que le da «otro valor añadido al producto». Por tanto, el proceso es «completamente similar a la elaboración de un chardonnay convencional», apunta Soto, que descubre así la variedad de uva que sirve de base para la elaboración de este producto. «Se consigue un vino muy afrutado, y así, con el empleo de esta variedad, se garantiza la producción durante todo el año, de forma que puede producirse en cualquier momento y adaptarse a la demanda», al tratarse de una de las variedades de uva más comúnmente utilizada.

Este vino azul, que apenas lleva una semana en el mercado «está siendo todo un éxito, tanto on line como en restaurantes», y ya se han cerrado acuerdos con distribuidores en Alicante, Murcia y Valencia, además de países como Dubai y Hong Kong. Sin embargo, en internet es donde está el gran tirón, al ser «donde más demanda está teniendo entre los consumidores, atraídos por el color para acompañarlos en cenas o comidas, y al comprobar que el sabor es exactamente el mismo que el de un vino convencional, acaban llevándose botellas a sus casas».

Por tanto, Soto ya ha cerrado acuerdos con «restaurantes de toda España, y estamos negociando acuerdos con restaurantes de renombre a nivel nacional para que lo incorporen a sus cartas, por lo que si todo va bien, no tardaremos en verlos en ellos, aunque aún no podemos dar nombres concretos».

Los canales de distribución, en principio, se centrarán exclusivamente en restaurantes y a través de la web, para acercarse precisamente a ese público joven y «convertirlos en consumidores habituales de vino, al tiempo que se mantiene esa cierta exclusividad que se perdería si se pudiera adquirir en la estantería de cualquier supermercado», añade el joven empresario. Aun así, «sí intentaremos cerrar acuerdos con grandes marcas, para visibilizar el producto en tiendas selectas». El mercado internacional es otro de los objetivos de la empresa, pues «ya hemos cerrado acuerdos en México, por lo que muy pronto llegará allí».

Marqués de Alcántara cuenta con una producción inicial de 15.000 botellas que esperan pueda verse ampliada en los próximos meses si esta aventura empresarial llega a buen puerto, además de su carta habitual que mantiene desde hace años. A falta de conocer si el éxito inicial se mantendrá en un futuro, «esperamos que, por el momento, al menos sirva de moraleja y motivación para que cualquier joven con una idea, aunque te llamen loco, no dude en llevarla a cabo».

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