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Entrevista

Susana Rovira-Llopis: "Si no nos contratan, nos vamos fuera y el talento se escapa"

Cree que los bajos sueldos hacen difícil la vuelta de sus compañeros

Susana Rovira-Llopis: "Si no nos contratan, nos vamos fuera y el talento se escapa"

¿Qué cree que se ha premiado de su trabajo?

La tesis doctoral, que defendí en diciembre, y me han felicitado bastante. Es un compendio de publicaciones y aparte está basada en la diabetes tipo II, una enfermedad muy común y con pacientes de un hospital. Eso le dan bastante valor, el que sea traslacional, que traslades la clínica a la investigación básica. Además tengo hasta 21 investigaciones publicadas en revistas científicas de alto índice de impacto.

¿Y de dónde saca el tiempo?

Nada más terminar la carrera de Biología hice el máster porque quería investigar y un año después estuve en el Instituto de Biomedicina de Valencia trabajando. Me vine entonces al Peset con el equipo del doctor Víctor y me concedieron la beca predoctoral y gracias a ella estoy aquí. Aunque no es fácil conseguirla… y ya tenía pensado dedicarme a otra cosa. Nos pasa a muchos.

¿Cuál era el plan B?

Hice el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) por si acaso no podía investigar. Podría haber sido profesora de instituto de biología o de cualquier ciencia de esta rama. Pero no tenía otro plan, yo quería dedicarme a la investigación.

Pero el laboratorio es muy vocacional…

Sí, hay mucha gente que está en un laboratorio sin recibir ni un duro. Compañeros de carrera han estado mucho tiempo sin cobrar hasta que les han dado una beca y hasta eso pueden pasar años. Insisten porque quieren hacer su tesis doctoral aunque sea sin cobrar y viviendo de sus padres o de lo que puedan. Quieren ser doctores cueste lo que cueste.

Así se explica la fuga de cerebros que hay en la profesión…

Un compañero mío está en Ámsterdam, otra en Madeira, otro en Alemania…

Entonces, ¿es usted la excepción?

Una de ellas, puede que de cada diez compañeros de carrera solo dos estemos aquí en España. Puede que la proporción sea, incluso, menor.

¿Se siente una privilegiada por ello?

Sí, he tenido suerte. Además ellos se van con la intención de volver pero cuando salen, ya no vuelven porque no hay muchas posibilidades. No hay contratos postdoctorales aquí en España. Convocan pocos y solo los reciben los que están en la élite. Los que estamos por debajo ya no tenemos opción. Además habría que ver con qué tipo de contratos se les intenta atraer. Estuve tres meses en Bristol y se cobraba bastante más que en España. No es tan fácil.

¿Qué debería cambiar para revertir esta situación?

Que se dieran más subvenciones a la ciencia porque gente tenemos y estamos bien formados pero si no nos contratan, nos vamos fuera y todo el talento se escapa. No sé si con el cambio de gobierno, cambiará pero, hasta ahora y desde la crisis, la ciencia ha ido hacia abajo.

¿Y cómo ve su futuro?

Me gustaría quedarme en el laboratorio de investigación en Endocrinología. Estoy a gusto en el grupo y me gustaría seguir formándome en fase postdoctoral. Cuando ya esté preparada podría formar un grupo propio. Me gustaría ser investigadora principal como ahora lo son mis jefes y, por qué no, profesora de universidad.

Sus investigaciones se centran en la diabetes 2, una de las enfermedades más extendidas.

En España hay unos 4,5 millones de afectados y, de ellos, un tercio no saben que la tienen. Es muy importante avanzar. Se dice ‘tengo el azúcar alto’ pero no se tienen en cuenta las complicaciones que conlleva como problemas cardiacos y vasculares.

Debe ser estimulante trabajar en un campo que puede traducirse en mejoras para tanta gente.

Sí, de hecho mi padre tiene diabetes 2 y ha venido incluso a participar en los estudios. Trabajamos en algo que es una realidad y hay mucho peligro. Intentamos conocer lo que sucede a nivel celular para que se den estas complicaciones y que esto pueda ayudar a crear nuevos tratamientos.

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