El príncipe heredero de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, y su esposa realizaron ayer una visita exprés a Valencia para adquirir diversas piezas de la firma valenciana Lladró.

La pareja real llegó a primera hora de la tarde acompañada de su séquito a bordo de un avión privado —un Boeing 737, que utiliza habitualmente en sus desplazamientos por todo el mundo—, que aterrizó en el aeropuerto de Manises y donde les esperaba personal de la Embajada de Tailandia en España.

Desde allí y en coches de lujo, la pareja real y sus acompañantes se trasladaron hasta la fábrica de la compañía valenciana en Tavernes Blanques, donde adquirió diversas piezas, según pudo saber este periódico.

El príncipe y su esposa, tras realizar las compras, se trasladaron, unas tres horas después —sobre las 20.30 horas— al aeropuerto desde donde despegaron a un destino desconocido.

La visita del príncipe se produce en un momento delicado para la firma valenciana, que atraviesa un proceso de reestructuración.

La reina Sirikit, madre del heredero, es conocida de José Lladró, cofundador de la firma, quien hace 20 años visitó a la monarca en su país, un importante mercado para la casa valenciana.

Allí, Lladró se interesó por los gustos de la reina a la que preguntó si le gustaba más el color o las formas de sus piezas, a lo que la soberana respondió que lo más interesante, en su opinión, eran las técnicas que empleaban.

Una vida convulsa

El príncipe es conocido por una trayectoria salpicada por la polémica. Se ha casado tres veces y se ha divorciado otras tantas. El último matrimonio ha sido fruto de escándalos, como cuando familiares de la princesa fueron acusados de dedicarse a los casinos ilegales y al contrabando de petróleo.