Cuando la empresa estadounidense Oculus VR creó las primeras gafas virtuales en 2012, muy pocos eran capaces de imaginar lo lejos que podría llegar el prototipo. Aunque el hecho de que Facebook la comprara dos años después facilitó este «despertar» tecnológico. El festival Digitall pretende precisamente fomentar el poder imaginativo de sus visitantes, así como promover el contacto entre los pequeños creadores «Made in Spain».

Este festival celebró ayer en Paterna una jornada especial a razón del estreno de la película Warcraft: El origen, ya que la organización consiguió en exclusiva los derechos del estreno en España. El evento sirvió de excusa para crear un encuentro entre creadores digitales y aficionados con el objetivo de reflexionar sobre la figura del creador digital y sobre las novedades en el ámbito de la realidad virtual.

Rafa Zabala fue uno de los ponentes más esperados de la jornada. Este valenciano de espíritu emprendedor ofreció una conferencia sobre el modelaje de personajes, una tarea que ejerció en producciones como El Hobbit o Thor. El mundo digital le embaucó pues dejó el caballete de su estudio de escultura para convertirse en todo un escultor digital. «Si no fuera por eventos como este, sería muy difícil que los pequeños creadores se dieran a conocer», afirma Zabala, quien acaba de instalarse a Valencia.

«Quiero probar a trabajar por mi cuenta aquí. He sacrificado el glamour de trabajar en películas para estar cerca de mi familia», reconoce este artista que ha vivido en países como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Inglaterra. La frustración de los creadores digitales españoles es un hecho, y su origen recae, según Zabala en un asunto cultural. «No se facilita la puesta en práctica de las ideas en España. Es ridículo que una persona pague 300 euros al mes por ser autónomo, mucho más que en Estados Unidos o Inglaterra. Desde el primer día hay que gastar mucho dinero por tener una idea, y muchos se dan por vencidos», lamenta el artista, que es sabedor de la precariedad laboral que sufren algunos creadores en España. «Nuestro país crece proporcionalmente a lo que invierte. Tenemos que vender más nuestra cultura, y dejar de imitar el producto anglosajón», asegura.