El año pasado, un 23% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años ni trabajaba ni estaba escolarizado. Este es uno de los datos que se desprenden del informe hecho público por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en su último informe "Panorama de la Educación 2017.

Según este documento, la tasa de alumnos entre 18 y 24 años escolarizados en 2016 en España era del 58%, mientras que un 18% de ese grupo no estaba escolarizado pero sí trabajando. El 23% se corresponde con los llamados 'ninis', un porcentaje que en los países de la OCDE era solo del 15%.

En cuanto a la tasa de desempleo de jóvenes adultos que no han completado la educación secundaria, en España es del 30 % (17 % OCDE) frente al 20 % que la han terminado (9 % OCDE) y el 16 % (6 % OCDE) que tienen educación superior.

Otra dato que refleja esta informe es que en España el 35% de los jóvenes de entre 25 y 34 años no alcanza el nivel de educación secundaria superior, una tasa que dobla la media de la OCDE.

Asimismo, España presenta una baja proporción de jóvenes entre las citadas edades matriculados en programas de Formación Profesional y capacitación laboral en comparación con otros de la OCDE (12 % frente a 26 %), pese a que aquellos con dicha titulación tienen una tasa de ocupación del 74 % frente al 63 % con una titulación general.

El informe de la OCDE alerta de que España debe reducir la brecha de género existente al escoger las área de estudio, ya que la proporción de mujeres en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) fue tan solo del 12 % en 2015 (19 % media de la OCDE) mientras están muy presentes en sectores como los de la educación y la salud.

La OCDE recuerda que los estudios superiores -enseñanza universitaria y Formación Profesional de grado superior- sobre Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) se consideran clave para el crecimiento económico y la innovación.

"Los estudios de educación superior relacionados con las ciencias se ven recompensados en el mercado laboral, aunque las áreas de estudio se hallan condicionadas en gran medida por las diferencias de género en España y en los países de la OCDE", concluye este organismo internacional.

Al igual que en la mayoría de países de la OCDE, las españolas tienen poca presencia en los estudios de STEM y, en cambio, una presencia "desproporcionada" en carreras relacionadas con el sector educativo (España, 79 %; OCDE, 78 %) así como en salud y bienestar (España, 72 %; OCDE, 75 %).

No obstante, a pesar del sesgo de género, el 30 % de los españoles que siguieron estudios superiores en nuestro país cursaron alguna de las áreas STEM, una de las proporciones más elevadas entre los países de la OCDE.

El informe también recuerda que "cuanto mayor es el nivel educativo alcanzado, mayores son las perspectivas de empleabilidad y menor es el riesgo de desempleo".

El documento ha fijado también que los países con programas de Formación Profesional, aprendizaje y capacitación laboral "bien asentados" han demostrado ser más efectivos en paliar el desempleo juvenil.

Pero en España, sólo el 0,4 % de alumnos de educación secundaria se encuentra matriculado en programas formativos compaginando trabajo y estudio, un porcentaje significativamente inferior que el promedio OCDE, 17 %.

Por otro lado, España alcanza una escolarización prácticamente plena en educación y atención infantil a la edad de 3 y 4 años, 95 % y 97 %, respectivamente, muy por encima del promedio de la OCDE, 78 % y 86 %.

La OCDE también ha analizado en esta ocasión las horas de trabajo del profesorado en los centros públicos, concretando que en España los docentes dedicaron (2015) menos horas netas de enseñanza y menos tiempo total de trabajo que la media de la OCDE y la UE.