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Los excesos se combaten con ejercicio

Las comidas grasas y los dulces propios de la Navidad pueden incrementar los niveles de colesterol

Los excesos se combaten con ejercicio

Los especialistas recomiendan recurrir a la práctica de ejercicio para reducir los niveles de colesterol, tras las fiestas navideñas. Las cenas de empresa, los compromisos familiares y la repostería propia del período de Pascuas pueden producir un aumento de los parámetros de esta sustancia en sangre, lo que incrementa el riesgo de padecer enfermedades coronarias si no se lleva un control adecuado. El especialista en cardiología Antonio García Quintana asegura que «los canarios presentan mayores niveles de colesterol que el resto de españoles, junto con los gallegos, los extremeños y los murcianos. Mientras que los madrileños, los navarros, los valencianos y los vascos son los que poseen niveles más bajos».

Según cuenta, con la llegada del año nuevo, muchas personas se plantean una serie de propósitos. «Son muchos los que optan por apuntarse en un gimnasio, pero pronto suspenden esta rutina. Sin duda, esta decisión es un gran error, porque para poder disfrutar de una vida saludable, es esencial evitar el sedentarismo. Esta práctica, acompañada de una dieta sana y equilibrada, son las aliadas perfectas para poder ganar la batalla ante el colesterol».

Cabe destacar que existen dos tipos de lipoproteínas que transportan el colesterol en la sangre. Por un lado, las Lipoproteínas de Baja Densidad (colesterol LDL), que es el que se conoce como colesterol malo. Y las Lipoproteínas de Alta Densidad (colesterol HDL), que es el que se denomina vulgarmente como colesterol bueno. Para que el nivel de colesterol LDL se encuentre dentro de los parámetros normales establecidos, debe situarse por debajo de los 200 mg/dl, «pero, desgraciadamente, la mitad de la población nacional supera esta cifra», expresa el cardiólogo.

En este sentido, indica que el colesterol puede provenir de dos fuentes. «Por un lado, encontramos el colesterol que fabrica nuestro propio cuerpo. Por eso, hay personas que producen más que otras y necesitan recurrir a medicamentos para conseguir reducir la producción. Y por otro, el que proviene de nuestra dieta. Es precisamente este último el que depende de nosotros mismos y, por tanto, podemos controlar».

El médico considera que la población es consciente del peligro que conlleva el colesterol para la salud, pero «no toma las medidas adecuadas para hacer frente al problema». Por esta razón, el experto indica que «es imprescindible tomar muy en serio las complicaciones que se pueden producir si no se siguen las recomendaciones adecuadas».

Por su parte, el médico Pedro Luis de Pablos-Velasco, experto en endocrinología y nutrición, afirma que existen muchos productos navideños que pueden aumentar en cierta medida el nivel de colesterol en sangre. «Los mantecados y los turrones, por ejemplo, son productos que aportan muchísimas calorías y además pueden aumentar nuestros niveles de colesterol».

No obstante, existen otros muchos alimentos que se consumen en mayor cantidad durante la Navidad y que pueden incrementar también los valores de esta sustancia. Un ejemplo lo pondrían los quesos. «Siempre hay que consumirlo con moderación. Si lo comemos con asiduidad, y en grandes cantidades, estaremos tomando un exceso de grasas saturadas que no son nada beneficiosas para el organismo. Estas grasas proceden de los animales y son las encargadas de incrementar lo que se conoce como colesterol malo».

El especialista asegura que desconoce si tiene lugar un aumento del colesterol medio en la población después de la Navidad, «porque para que esto ocurra, los pacientes deben presentar niveles altos de la sustancia, tanto antes como después de las fiestas».

Aumento de peso

Sin embargo, garantiza que, lo que sí se produce, «es un incremento de peso generalizado». En base a su experiencia, «cuando hacemos un seguimiento a nuestros pacientes, y las fechas de las analíticas o de las revisiones clínicas tienen lugar después de la Navidad, percibimos que las cifras medias de peso aumentan considerablemente. Sin embargo, en verano esto no ocurre».

El especialista en endocrinología también manifiesta la necesidad de realizar ejercicio, «y recuperar los hábitos de alimentación saludable lo antes posible». En este sentido, aconseja potenciar el consumo de frutas y de verduras, «y disminuir al máximo, al menos temporalmente, la ingesta de dulces y de alimentos ricos en grasas saturadas. Estas grasas se encuentran en grandes cantidades en las carnes, en los productos lácteos no desnatados y en los embutidos. También sería ideal dejar de consumir alimentos fritos».

Pablos-Velasco señala que, a medida que aumenta la edad, «es mucho más complicado perder el peso que hemos ganado. Esto se debe a que, con el paso de los años, tenemos un gasto energético basal disminuido, y las necesidades calóricas se reducen en gran medida. Además, la calidad del músculo es peor». Con la finalidad de poner remedio a esta situación, el facultativo apuesta por la necesidad de incluir la actividad física en la rutina diaria.

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