A partir de este mes de mayo, los menores de dieciséis años ya no podrán chatear por WhatsApp. La aplicación de mensajería instantánea WhatsApp ha comunicado la actualización de las condiciones del servicio y de la política de privacidad con motivo de la nueva regulación europea del Reglamento general de protección de datos (RGPD), que entrará en vigor el 25 de mayo. Esta actualización conlleva un cambio en la edad mínima de uso del servicio en la Unión Europea, que pasa de trece a dieciséis años. Actualmente, el uso de WhatsApp por parte de menores de dieciséis años podría acarrear problemas legales a la empresa. La compañía aún no ha especificado cómo hará efectiva esta medida para comprobar que sus usuarios tienen realmente la edad estipulada, pero algunos expertos ya han empezado a cuestionarla.

Según Mònica Vilasau, profesora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC, se trata de una medida «difícilmente aplicable», puesto que es muy complicado establecer mecanismos que permitan conocer con certeza la edad de una persona. «Es obvio que cualquier menor de dieciséis años puede recurrir a otro chico mayor para que lo ayude, o bien, como nativo digital, puede buscar en internet alguna estrategia para conseguir registrarse», explica.

Una visión muy parecida es la de Mireia Montaña, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, que apunta que esta medida es solo una acción para que WhatsApp «pueda cubrirse las espaldas» ante la nueva ley de protección de datos. «Si el único control que realizan es preguntar a los usuarios qué edad tienen, no funcionará: los niños y los jóvenes mentirán para poder seguir utilizando la aplicación», razona.

Vilasau también tacha la medida de insuficiente, ya que como consecuencia tampoco garantiza los derechos de los menores en internet. «La protección de los derechos de los menores en internet solo es posible si no usan los móviles, no publican ningún tipo de contenidos en internet ni están dados de alta en ninguna red social», asegura. Sin embargo, la experta lamenta que esto es imposible en una sociedad tan digitalizada como la actual, en la que los menores ya han crecido con las nuevas tecnologías.

Educar en el uso de las nuevas tecnologías

Montaña apunta, a su vez, que esta medida solo hará que los menores «tengan todavía más ganas de utilizar la aplicación». Las expertas coinciden en que lo más efectivo de cara al uso de este tipo de aplicaciones es educar, tanto en la escuela, de maestros a alumnos, como en casa, de padres a hijos, en el uso de las nuevas tecnologías. «Más que prohibir una aplicación, lo que realmente es importante es educar a los niños y niñas y a los jóvenes para que hagan un buen uso de ella, siempre controlándoles el tiempo de exposición a este tipo de plataformas», razona Montaña.

«La medida adoptada por WhatsApp puede servir para que los padres y las madres de menores sean más conscientes de la trascendencia que tiene el uso de las aplicaciones móviles y las redes sociales de forma habitual y continua por parte de los menores, y que de alguna manera eso los lleve a supervisar mejor el uso que hacen de ellas sus hijos», asegura Vilasau.

Montaña recomienda utilizar herramientas de control parental para supervisar el uso de este tipo de aplicaciones por parte de los hijos. «Hay que explicar a los jóvenes y a los niños cómo deben utilizar estas aplicaciones, saber detectar los malos usos que puedan realizar de ellas y los acosos, y hacerles ver que la realidad no es tan idílica como nos quieren hacer creer en muchas publicaciones de las redes sociales», concluye.