El Cabildo de Tenerife ha exigido la reparación de los "vicios ocultos" detectados en el Auditorio de Tenerife Adán Martín, obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava, cuyo estudio ha respondido que carece de responsabilidad en unos desperfectos achacables a problemas en la ejecución de la obra, no al proyecto.

Los fallos de construcción afectan al revestimiento (trencadís) y a filtraciones de agua y humedades en algunas zonas del edificio, ha indicado el Cabildo, que tras un informe que encargó a la empresa Intemac ha decidido exigir la reparación inmediata de los fallos de forma solidaria a "todos los que intervinieron en el proceso constructivo".

El Auditorio de Tenerife, inaugurado en 2003 y cuyas patologías se detectaron en 2014, fue proyectado por Santiago Calatrava, quien dirigió la obra, y ejecutado por una UTE formada por Acciona Construcción, Dragados y Promotora Punta Larga.

En un comunicado, el Cabildo ha indicado que exigirá la reparación de los vicios ocultos detectados y así se lo ha notificado a Calatrava, a los aparejadores que llevaron la dirección de la ejecución de los trabajos y a la UTE.

El trencadís del Palau de les Arts

El 27 de diciembre de 2013, un temporal de viento hizo saltar las alarmas en la Ciudad de las Artes, al desprenderse parte del recubrimiento de trencadís del Palau de les Arts. El revestimiento de la parte exterior de la ópera valenciana tuvo que ser retirado por completo y reinstalado. Calatrava se hizo cargo en enero de 2014 junto a las empresas constructoras de los costes por la retirada del recubrimiento cerámico y la posterior colocación de uno nuevo. Tuvo un coste aproximado de 3.250.000 €.

No era el primer problema al que se enfrentaba el edificio. En 2007, les Arts sufrió una inundación de sus instalaciones cuyo coste alcanzaba los 17 millones de euros.

Auditorio de Tenerife

"El procedimiento tramitado para la determinación de la responsabilidad por los vicios ocultos en la ejecución de la obra del Auditorio de Tenerife Adán Martín contempla la responsabilidad solidaria de todos los que intervinieron en el proceso constructivo, a los que se exige ahora la reparación inmediata de los fallos detectados", indica el Cabildo, si bien los responsables de la obra pueden recurrir ante la administración o ante los tribunales.

El Estudio de Arquitectura Santiago Calatrava ha anunciado ya que va a estudiar en profundidad el requerimiento del Cabildo y la posibilidad de recurrirlo, puesto que considera que la corporación insular no ha atendido al resultado de la investigación técnica ni las conclusiones de su propio informe, sino que "ha dictado una resolución intentando justificar una decisión que estaba tomada de antemano".

"A nuestro juicio, el Cabildo no ha tenido en cuenta en su resolución el resultado de las investigaciones y pruebas practicadas durante todo este tiempo que dejan manifiestamente probada la ausencia total de responsabilidad por parte del Estudio de Arquitectura", asegura el gabinete de Calatrava.

El arquitecto sostiene que en el informe "queda claro que los problemas detectados devienen de la ejecución de la obra y están perfectamente identificados", mientras que "no existe ningún reproche al proyecto".

Según el Estudio de Arquitectura "la causa del desprendimiento del trencadís se debe a que se dejó transcurrir demasiado tiempo entre la aplicación del adhesivo sobre el soporte y la colocación de las teselas, de modo que en el momento de colocar las piezas de cerámica, la cara expuesta del adhesivo ya no estaba en buenas condiciones", lo cual "provocó una falta de adherencia en el revestimiento que se manifestó con el transcurrir del tiempo".

Estos problemas de ejecución "constituyen un vicio oculto y, por tanto, no son detectables por el arquitecto".