El eclipse total de Luna tiñió de rojo este viernes a nuestro satélite, si bien en muchas zonas de España el espectáculo de la 'luna de sangre' se ha mostrado tímido por las nubes y la dificultad para apreciar el fenómeno con la suficiente claridad. El eclipse lunar más largo del siglo XXI, cuya fase total ha sido visible hasta las 23:13 hora peninsular, ha sido contemplado por miles de españoles, provistos de prismáticos o telescopios.

La luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo debido a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de la Tierra y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta (en colores como verde o azul). Por tanto, lo que queda es la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.

El brillo de la Luna se ha visto atenuado porque ha pasado por el centro de la sombra de la Tierra, "donde hay menos luz refractada", ha advertido Olivier Sanguy, de la Ciudad del Espacio de Toulouse, en el sur de Francia.

Cerca del lago Magadi, a 100 km al suroeste de Nairobi, una pareja, Susan Muraban y Chu Owen, instalaron su propio telescopio para que los vecinos pudieran admirar el espectáculo.

"Ya lo hicimos cuando el eclipse solar de 2016", dijo Susan Murabana, de 39 años. En esa ocasión vinieron unos 300 miembros de la comunidad local, en su mayoría indígenas Masai. "Es la forma de darles una oportunidad" para poder observar ese tipo de fenómenos, explicó Susan, mientras su marido instalaba el aparato.