Dicen los meteorólogos que la próxima semana llega a toda España una ola de calor que harán subir las temperaturas. Por eso es recomendable que adaptemos nuestra comida a las altas temperaturas. Y para hacerlo nada mejor que "tirar" de frutas. Los postres que elaboras con estos alimentos suelen ser muy sanos, naturales y refrescantes. Hace unos días te contábamos, por ejemplo, cómo hacer una tarta de fresa para chuparse los dedos. Pues bien, hoy hemos elegido a la misma cocinera (la conocida bloguera gijonesa Mary Paz Álvarez Gancedo) para que nos muestre cómo hacer otra de sus especialidades: la tarta de piña.

Lo bueno de esta creación es que es muy sencilla. Lo pueden hacer hasta los que no son expertos en repostería o aquellos que se acercan poco o nada a los fogones. Vamos a contarte paso a paso cómo puedes elaborar este plato para que no te pierdas y sea todo lo sencillo que debe ser.

Primero, como siempre, te contamos los ingredientes. Y es que aquí radica otra de las ventajas de este plato: son cosas que puedes encontrar muy fácil en cualquier tienda o supermercado y que son bastante baratas. Preparar esta receta no te va a obligar, por tanto, a hacer una intensa búsqueda ni a arruinarte.

Ingredientes

Para hacer la tarta necesitamos 600 mililitros de nata líquieda, 150 gramos de azúcar, un bote de piña en su jugo (normalmente pesan 850 gramos los botes grandes que puedes encontrar en el supermercado), y dos sobres de gelatina de piña de unos 28 gramos. Dicho esto vamos con la elaboración.

Paso a paso

Primero tenemos que caramelizar un molde redondo. Sobre la base colocamos las rodajas de piña haciendo el dibujo que nos guste ya que luego esta va a ser la parte que va a quedar hacia arriba así que no tengas miedo a recortar como gustes (fíjate en la foto, no todas las rodajas tienen el mismo tamaño) Reservamos, eso sí, un par de rodajas sin poner y las trituramos con la batidora hasta que nos queden como una papilla.

En un cazo echamos el jugo del bote de piña (es agua con azúcar normalmente), lo llevamos al fuego y cuando rompa a hervir disolvemos en él la gelatina y lo dejamos que se temple apartándolo del fuego con cuidado.

En un molde aparte montamos la nata con el azúcar, añadimos la piña que habíamos batido y el zumo con la gelatina. Lo incorporamos todo a la mezcla con movimientos envolventes para que la nata que hemos hecho no se nos baje y lo vertemos suavemente en el molde. Y ya está casi todo.

Nevera

Sólo nos queda dejar la tarta en el frigorífico para que se soldifique y al día siguiente lo desmoldamos, la abrimos, la servimos y sorprendemos a los nuestros con un postre rico y jugoso.