La matriculación de los vehículos esconde toda una serie de pasos que en el caso de España marca la Dirección General de Tráfico. Uno de los hechos más curiosos de las matrículas españolas es que en ellas no hay vocales. Seguramente te habrás preguntado más de una vez por qué es así. En las siguientes líneas te lo explicamos.

La DGT introdujo un sistema de matriculación con un modelo único para toda España en el año 2000. De esta manera se puso punto y final al modelo provincial. Con este nuevo cambio las matrículas se realizan con una combinación de cuatro números y tres letras. Los números van desde el 0000 al 9999, combinados con las letras que empiezan en BBB y acaban en ZZZ.

El hecho de excluir las vocales responde a la intención de la DGT de evitar combinaciones malsonantes o acrósticos como ETA, FBI, ANO o PIS, entre otros muchos. Asimismo, de esta manera, se evitan combinaciones que dan lugar a nombres propios como EVA o ANA.

Además, en esta última modificación se limitó también las combinaciones con LL o CH, ya que no es compatible con el matriculado de la placa de cuatro caracteres. Se eliminaron también de este cifrado la Ñ y la Q, al considerarse que podían confundirse con las letras N y O y con el número 0.

Supervivencia del actual sistema

Hay que tener en cuenta que el actual modelo de matriculación en España admite 80.000.000 de matriculaciones y que al ritmo anual que registra el país de 2.000.000 de vehículos matriculados, quedarían unos 40 años por delante bajo el mismo registro.