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Protesta

Los curas 'protesta' se mojan por Alcoa

"Si cierra, lo sufriremos todos", avisa el cura José María Cantera durante una misa en Vioño con la camiseta amarilla bajo la casulla

Los curas 'protesta' se mojan por Alcoa

José María Cantera, el cura de Vioño, no quiere "cristianos de fachada". Él lo es a pecho descubierto: viste con orgullo, bajo la casulla, la emblemática camiseta amarilla que proclama el "no al cierre de Alcoa". "Estamos en Navidad, que es el tiempo de las ilusiones y las esperanzas, pero también de las incertidumbres. Las mayores, aquí al lado: tengo debajo de casa la empresa que ha anunciado su cierre. Hay que tener compasión: si cierra Alcoa, lo sufriremos todos en esta comarca", señaló el sacerdote en el templo gozoniego de Vioño, que ayer celebraba la fiesta de San Esteban, el patrón de la parroquia. Cantera lleva también San Martín de Podes, San Martín de Cardo, San Pedro Navarro, San Jorge de Manzaneda y Santa Leocadia de Laviana, que es, al fin y al cabo, el lugar en el que reside y está a un paso de la fábrica cuyos últimos días para dejar de producir empezaron a contar a mediados de octubre, cuando la compañía anunció que se iba de Avilés.

Para Cantera, lucir la icónica camiseta amarilla es algo más que un gesto: "No paséis de largo por lo que esas familias están sufriendo", recalcó el sacerdote en una intervención en la que contó la historia del primer santo de la cristiandad echando mano de un cuadro en el que, aparte del santo, está Saulo, "antes de convertirse en Pablo", destacó el sacerdote.

Pero su acción no sólo quedó ahí. Desde hace unos días, en el púlpito hay un cartel que muestra una señal de prohibición. Tiene una leyenda en la que hay una declaración de principios preclara: "Con los trabajadores y sus familias. Por una electricidad competitiva. Alcoa no se cierra".

El compromiso del sacerdote al frente del mayor número de parroquias de la comarca avilesina es profundo porque, dice, "no puede ser de otra manera". El Niño Jesús que luce estos días a un lado del altar mayor de la iglesia de San Esteban de Vioño protege un lingote de aluminio que salió de los hornos de la antigua Endasa en 1959. Es decir, cuando comenzó la producción de aluminio en la comarca. Aquel principio que ahora está llegando al final.

Esta mañana está prevista que se desarrolle la que puede ser la última sesión de consultas del expediente de despidos colectivos. "Que haya trabajo en nuestra comarca, que este lingote no se transforme en un pisapapeles", imploró el sacerdote implicado hasta la médula con los suyos. "Tenemos que buscar una celebración gozosa", apostilló el sacerdote.

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