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Consejos medioambientales

Tres años sin pisar un supermercado

Patricia Reina y Fernando Gómez, autores del blog 'Vivir sin plástico', cuentan por qué han decidido cambiar de hábitos y ofrecen consejos para pensar en clave ecológica

Los autores del blog Vivir sin plástico. P. I.

Patricia Reina y Fernando Gómez siempre habían mostrado gran conciencia medioambiental, pero confiesan que se habían dejado "arrastrar" por las prisas de la sociedad actual. "Nos dimos cuenta de que generábamos muchísima más basura de la que nos gustaría. Sabíamos que el plástico se reciclaba mal y que estaba acumulándose en los océanos, causando estragos en la fauna marina, así que un día decidimos dejar de lamentarnos y empezar a cambiar nuestros hábitos", explican esta fotógrafa y este teleoperador, autores del blog 'Vivir sin plástico', donde ayudan a otras personas a hacer el cambio hacia un modelo de consumo sostenible.

-¿Cómo empezasteis a cambiar vuestros hábitos de consumo?

-Empezamos en agosto de 2015 guardando todos los plásticos que generábamos durante la semana. Los domingos los poníamos en una mesa y les hacíamos una foto que publicábamos en el blog junto a una lista de todos ellos. Nuestro compromiso era que semana a semana esa montaña de plásticos se fuese reduciendo. ¡Nos llevó quince semanas hacer la foto de la mesa vacía!

-¿Es posible desterrar el plástico de nuestro día a día?

-El plástico tiene aplicaciones muy buenas y no estamos en contra del material en sí sino del mal uso que hacemos de él, por lo que nos referimos principalmente al plástico de usar y tirar. Reducir un 99,9% del plástico desechable que usamos en nuestro día a día no sólo es posible, sino que también es más sencillo de lo que parece.

-¿De qué manera?

- Cambiar de hábitos al principio supone un esfuerzo, pero no es nada en comparación con la satisfacción de no apoyar un modelo de consumo que está acabando con nuestros recursos y los de nuestros hijos. Puedes empezar por sustituir las servilletas desechables por servilletas de tela que tengan tus padres o abuelos guardadas en un cajón y si quieres acabar con el agua embotellada puedes reutilizar botellas de vidrio que tengas por casa, por poner un ejemplo. Si hay algo que no puedas permitirte, no hace falta que lo compres. Esto no es una competición, ni se trata de ser perfecto, sino de hacer lo que esté en la medida de tus posibilidades.

-¿Hace cuánto tiempo que no pisáis un supermercado?

-La verdad es que fuimos a uno hace relativamente poco porque en un festivo se nos acabó el aceite (risas). Pero sin hacer una compra grande llevamos más de tres años.

Las baldas de los supermercados están repletas de productos envasados en plástico.Pixabay

-¿Qué alternativas existen?

-Hay muchísimas. Nosotros solemos comprar en mercados o tiendas de barrio. También han aumentado muchísimo las tiendas a granel, tanto de alimentación como de productos de limpieza o cosméticos. Dependiendo de la ciudad en la que vivas habrá más o menos opciones, pero siempre se puede reducir el consumo de plástico de alguna manera.

"Da la sensación de que consumir de una forma más sostenible no es para todos los bolsillos, pero con el tiempo te das cuenta de que no es así en absoluto", aseguran

-¿Es realmente más caro vivir sin plástico o se trata de una excusa?

-Entendemos que muchas veces da la sensación de que consumir de una forma más sostenible no es para todos los bolsillos, pero con el tiempo te das cuenta de que no es así en absoluto. Si comparas lo que te cuesta un kilo de pasta de la marca blanca del supermercado a uno en una tienda a granel, seguro que la pasta a granel sale más cara -las marcas blancas son imbatibles-, pero si tenemos en cuenta nuestro consumo en general ahí la cosa ya cambia. Hay muchísimos productos que dejarás de comprar, como servilletas desechables, productos de limpieza, cosméticos o comida basura. Puede que en algunas alternativas tengas que invertir un poco al principio, como por ejemplo en una copa menstrual, que cuesta veinte euros. Pero a la larga, no sólo lo vas a amortizar, sino que ahorrarás dinero después de esa inversión.

-¿Qué responsabilidad tenemos los consumidores del abuso de este material?

-Tenemos una parte de responsabilidad, no toda, pero es la parte que tenemos más a mano para empezar el cambio. Muchas veces nos dejamos llevar por las prisas, la comodidad o excusas varias y no nos planteamos las consecuencias que nuestro consumo tiene sobre el planeta. Hay gestos muy sencillos que podemos hacer para reducir nuestra huella, sólo tenemos que ser conscientes e ir implementándolos poco a poco.

-¿Y las empresas?

-Tienen una responsabilidad vital. Son ellas las que ponen en las estanterías productos sobreenvasados en un material no biodegradable. Normalmente, la industria del plástico quiere desviar la responsabilidad hacia el consumidor y lo culpa de no tirar sus envases al contenedor de reciclaje, como si eso fuese a solucionar algo. El mejor residuo es el que no se genera y hay que atajar el problema de raíz y no pretender que el reciclaje venga a salvarnos de todos nuestros 'pecados'.

No tiene ningún sentido que se fabriquen envases de un solo uso u objetos de usar y tirar con un material tan difícil de reciclar y que tarda tanto en degradarse como el plástico. Eso sólo pueden cambiarlo las empresas que los diseñan y fabrican. Los consumidores tenemos que apoyar a empresas responsables y rechazar aquellas que abusan del plástico y sobreenvasan sus productos.

El plástico sustituye a tradicionales envases de cartón como las hueveras.Pixabay

-¿De qué forma podemos ayudar al planeta?

-Podemos hacer muchas cosas. No hace falta ser superhéroes y hacerlo todo perfecto, todos somos humanos, pero podemos cambiar nuestra forma de consumir y difundir los motivos por los que lo hacemos. También podemos apoyar organizaciones que estén trabajando para concienciar a la población y para que se establezcan leyes que impidan el abuso del plástico desechable. Además, tenemos que tener en cuenta, por supuesto, que la sostenibilidad va más allá de evitar el plástico de un solo uso. Podemos reducir las emisiones, no consumir cosas que no necesitemos realmente, comprar más productos locales, reducir el consumo de carne, usar medios de transporte más limpios... No hay que hacerlo todo a la vez, pero sí ser conscientes de las repercusiones que tiene nuestra forma de consumir.

"Si nos quedamos de brazos cruzados pensando que no podemos hacer nada, en 2050 habrá más toneladas de plástico que de peces en el océano", advierten

-¿Qué errores cometemos?

-Uno de los principales errores es pensar que es demasiado complicado sin ni siquiera intentarlo. Inventamos mil excusas para seguir consumiendo igual, porque cambiar hábitos requiere que hagamos un pequeño esfuerzo y a mucha gente le da pereza. Una de las excusas que más escuchamos es que "lo que yo haga no va a cambiar el mundo", y puede ser verdad, pero tenemos que intentar no empeorarlo más. Si todos nos quedamos de brazos cruzados pensando que no podemos hacer nada y que la responsabilidad es de otros, para 2050 habrá más toneladas de plástico que de peces en el océano y entonces lo lamentaremos. Hoy, ahora, aún estamos a tiempo de hacer algo para que eso no ocurra. Y si llega a ocurrir, al menos sabremos que nosotros no hemos contribuido a ese desastre.

-¿Qué dudas y consultas os realiza la gente a través de internet?

-Sobre todo, nos preguntan por alternativas a algún producto que viene normalmente envasado en plástico. Una de las preguntas más recurrentes es cómo recoger las cacas de los perros sin utilizar las bolsas de plástico o cómo tirar la basura.

-¿Apostáis por una regulación en la legislación que controle y limite el uso del plástico?

-Por supuesto. Creemos que es urgente que haya una legislación que regule el envasado y fabricación de ciertos productos. Como hemos comentado, las empresas tienen una responsabilidad esencial, pero al fin y al cabo son empresas que lo único que quieren es tener beneficios y el plástico por desgracia es demasiado barato. Así que los gobiernos son los únicos que pueden regular para que ciertos productos no lleguen nunca a las estanterías de las tiendas. A estas alturas, todavía se siguen poniendo en el mercado productos no reciclables, o de muy difícil reciclaje. La Comisión Europea tiene como objetivo que para el 2030 esto no ocurra, ¿2030? ¿De verdad tenemos que esperar tantos años para algo tan básico?

-¿Y qué os parece la medida de cobrar las bolsas de plástico?

-Cualquier medida que limite los plásticos de un solo uso nos parece positiva, aunque ésta en concreto nos parece bastante insuficiente. Ni siquiera se han establecido precios fijos para las bolsas, simplemente se han propuesto unos orientativos. Además, si tenemos en cuenta que son medidas que se han implantado para llegar a los objetivos del Parlamento europeo para luchar contra la contaminación plástica (que ya de por sí son poco ambiciosos), las medidas que estamos tomando aquí son completamente insuficientes y laxas. Estamos ante un problema grave y urgente y no se están poniendo los medios para solucionarlo.

El plástico es un material muy contaminante que tarda 500 años en desaparecer.Pixabay

-¿Qué impacto tendría una migración hacia materiales biodegradables?

-No sabemos a la larga qué impacto podría tener sustituir todos los desechables de plástico que utilizamos por otros de plástico biodegradable, pero muy positivo no creemos que sea. Se han hecho virales vídeos que muestran bolsas que se deshacen en agua. Las anuncian como "la solución definitiva para los plásticos en el océano" y nos parece un mensaje muy peligroso. Primero, porque esos plásticos están hechos principalmente de materia orgánica, es decir, de maíz, patata u otros productos que podrían estar destinados a la alimentación humana. La tierra está demasiado explotada como para explotar más terreno para fabricar plásticos de usar y tirar.

Segundo, si ya usamos bolsas de plástico sabiendo todos los problemas que conllevan a diestro y siniestro, ¿cuántas más usaremos si tenemos la excusa de que se degradan fácilmente? No creemos que la solución esté en sustituir plásticos convencionales por plásticos biodegradables o de cualquier otro material. Creemos que hemos llegado a un punto de no retorno en el que tenemos que reconocer que la cultura de usar y tirar tiene los días contados si queremos seguir en este planeta tal y como lo conocemos. No es el material, es el uso que hacemos de nuestros recursos.

-¿Creéis que la gente está lo suficientemente concienciada en torno a este problema global?

-Afortunadamente, hay más gente concienciada, aunque todavía no la suficiente como para generar el cambio que tanto necesitamos. El problema que está causando el plástico está cada vez más presente en la agenda la Comisión Europea, o de las Naciones Unidas, que en 2017 declaró la "guerra al plástico". 'Microplástico' fue la palabra del año pasado para la Fundéu. Por suerte, cada vez aparece más en los medios, pero todavía hay mucho por hacer. De momento, las empresas y los gobiernos hablan mucho, pero hacen muy poco.

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