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Pioneras

"Cuando un proyecto está liderado por una mujer recibe menos financiación"

Elena García Armada, creadora de un exoesqueleto biónico pediátrico para facilitar la movilidad de los niños que no pueden andar, busca fondos para su comercialización

"Cuando un proyecto está liderado por una mujer recibe menos financiación"

Diseñaba robots industriales hasta que conoció a Daniela, una niña que no podía andar. En el mercado no existía ninguna solución para la movilidad de niños con tetraplejia o atrofia muscular espinal, así que decidió crear un exoesqueleto biónico pediátrico, el primero del mundo dirigido a este colectivo.

Hablamos de Elena García Armada, doctora en ingeniería industrial y científica titular en el Centro de Automática y Robótica del CSIC (Consejo Superior de Investigación y Ciencia), quien, infatigable en su búsqueda de financiación para conseguir que su invento dé el salto al mercado, solicita fondos para hacer posible que estos niños caminen. Por desgracia, "para Daniela ya es demasiado tarde", puesto que tiene ya 16 años y no lo puede utilizar, advierte, pero es urgente para otros niños.

-¿Qué supuso para usted conocer a Daniela?

-Llevaba ya veinte años trabajando en el ámbito de la investigación en robots caminantes y al recibir la visita de los padres de esta niña con tetraplejia entendí la necesidad tan vital que tenían estos niños de poder caminar, porque no había ningún tipo de dispositivo que pudiera ayudarles.

"Después de fundar Marsi-Bionics en 2013 desarrollamos el primer prototipo para lesión medular y en 2016 el de atrofia muscular espinal"

Elena García Armada - Ingeniera industrial experta en Robótica

-Fue entonces cuando decidió centrarse en una nueva línea de investigación en robótica al servicio del ser humano.

-Sí, fue el origen de la línea de investigación en la que me introduje de lleno desde entonces. Llevaba a mis espaldas ya veinte años de investigación en robótica cuando fundé Marsi-Bionics en el año 2010. En 2013 desarrollamos el primer prototipo para lesión medular y en 2016 el de atrofia muscular espinal.

Así funciona el exoesqueleto biónico pediátrico.Marsi-Bionics

-¿Ha podido entonces hacer realidad el sueño de Daniela?

-Probamos el primer prototipo para lesión medular con ella, pero no ha podido beneficiarse de esta tecnología porque aún no está en el mercado. Ella tiene ya 16 años y este dispositivo se adapta desde los 4 hasta los 10 años más o menos, depende de las medidas de cada niño, de su estatura y peso.

-¿Cómo sobrelleva los reveses del día a día?

-Es muy frustrante que la tecnología esté ahí desde hace ya diez años pero que por barreras financieras, principalmente, y regulatorias, también en gran medida, no sea posible ver a estos niños utilizar estos robots en el día a día.

-¿Está prevista su comercialización próximamente?

-Me encantaría que fuera lo antes posible, pero aún no hay una fecha estimada. El dispositivo está ya patentado internacionalmente pero seguimos en búsqueda de financiación para hacer frente al largo y complejo proceso de certificación, regulación y comercialización que debe seguir como producto sanitario. Quien esté interesado en colaborar puede ponerse en contacto con nosotros rellenando el formulario de nuestra web.

La falta de inversión en I+D

-¿Cómo se mantiene una empresa científico-tecnológica en España?

-A día de hoy somos 17 trabajadores y también estamos en búsqueda de financiación constantemente. No es nada fácil conseguir mantener una empresa de estas características y con un personal tan cualificado, pero hemos ido sobreviviendo y avanzando también. Ahora estamos abordando otras patologías, como la distrofia muscular y miopatías, a pesar de las muchísimas barreras y dificultades de crear una empresa con base tecnológica en este país.

-¿A qué se debe esa falta de inversión en I+D en España?

-Me gustaría saberlo, pero es una realidad. La financiación europea es diez veces mayor que la española y la financiación en países como Estados Unidos, Israel o Japón es cien veces mayor que la nuestra. Es decir, el valor que le da nuestro país a la investigación y a la innovación es bajísimo, sobre todo si lo comparamos con la inversión astronómica que se hace en ámbitos como el fútbol. Probablemente no se deba sólo a una razón política, que también, sino que incluso tenga que ver con la propia conciencia social y es un reflejo de lo que nuestra sociedad valora al científico.

-Hablando de las dificultades con las que han de lidiar los científicos, ¿ha tenido usted que superar más obstáculos en un ámbito predominantemente masculino como es la robótica?

-Es verdad que durante toda mi etapa profesional hemos sido muy poquitas mujeres y en varias etapas he sido la única, como en mi doctorado. Hay detalles, como que te cambien el proyecto que vas a hacer por el de un compañero, que terminan siendo anecdóticos, pero que te hacen tener que trabajar mucho más que un hombre, porque no sólo tienes que hacer tu trabajo, sino que tienes que demostrar constantemente tu capacidad.

Ahora ya tengo mi sitio y mi nombre, pero todavía existe el techo de cristal. Las mujeres seguimos ocupando las categorías inferiores dentro de la carrera científica, eso es cierto y en mi caso se cumple, pero espero que poco a poco esto vaya cambiando y las nuevas generaciones no tengan que vivirlo.

"Mi madre fue una adelantada a su tiempo. Ella sí que ha tenido que enfrentarse a situaciones terribles. Entonces a nadie se le ocurría pensar que una mujer no estuviera en su casa"

Elena García Armada - Ingeniera industrial experta en Robótica

-¿Aprecia un avance en materia de igualdad entre su madre -también científica, al igual que su padre- y usted?

-Sí, desde luego. Mi madre fue una adelantada a su tiempo. Tiene ahora 79 años y es doctora en Física y profesora de universidad, además de catedrático de Escuela de Ingeniería Técnica. Ella evidentemente sí que ha tenido que enfrentarse a situaciones terribles. Además, la conciliación con la vida familiar ha sido muy complicada para ella porque entonces no existían guarderías, porque a nadie se le ocurría pensar que una mujer no estuviera en su casa. Las cosas van cambiando. Ojalá fueran mucho más rápido, pero van cambiando poco a poco.

-¿Y fuera del ámbito científico, también se ha encontrado con más dificultades por ser mujer?

-Sí, me he encontrado problemas en el ámbito empresarial en la búsqueda de financiación. Los proyectos empresariales liderados por mujeres tienen muchísimas más dificultades para recibir financiación de los fondos de inversión. Esto es un problema general y a nivel internacional y a mí se me ha cumplido a rajatabla. Quizá, en toda mi etapa profesional, es lo que más daño ha hecho, sinceramente. Porque las otras trabas únicamente afectan a mi currículum profesional, pero esto afecta a las familias, a los niños, a la situación económica de la empresa y a los empleados que trabajan aquí y eso sí que me parece muy grave.

-¿No da confianza que un proyecto esté liderado por una mujer?

-Sí, es una cuestión de falta de confianza, así es.

-¿Cómo podemos fomentar la vocación científica entre las niñas?

-Hay muchos aspectos, que no sé si son culturalmente inculcados, pero es verdad que las chicas, y yo me incluyo, tenemos una autoperfección quizá más crítica y eso nos limita mucho. Tenemos mucho miedo a equivocarnos y eso hace que nos atrevamos menos y que aquellas áreas que se consideran más complicadas las dejemos un poquito de lado. En cambio, los chicos son más echados 'palante'. No les da miedo probar, no les da tanta vergüenza equivocarse. Esto es muy importante porque equivocarse forma parte de un aprendizaje y si no te equivocas pues quizás estés perdiendo una oportunidad. Desde luego yo a mi hija se lo repito constantemente.

Hay un problema de autoconfianza que tendrá una parte social probablemente y que habrá que trabajar. Tenemos que luchar mucho como sociedad para quitar de en medio esos roles preestablecidos que lamentablemente se les están inculcando a los niños y a las niñas desde muy pequeñitos.

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