Si hay algo que no entiende de idiomas o de culturas es hablar del tiempo. Las situaciones incómodas en sociedad se suelen solventar con un chascarrillo sobre el calor que hace, los días que llevamos sin ver llover y ahora, en verano, el recurso del bochorno. En estas fechas este último siempre está en liza; si estamos cerca del litoral, porque nos achicharramos "con el aire que se puede cortar a cuchillo", y si distamos un puñado de kilómetros del mar: "menos mal que, al menos, aquí no hay humedad". Estar a 35 ºC en Madrid no es gloria bendita, en la Gran Vía o el mismísimo Retiro, pero la sudoración es más eficiente y así la sensación de calor es algo menor.

La cuestión es que la sensación de bochorno es un tema que se utiliza a discreción y poca gente sabe que existe un estándar más o menos científico, que cada vez se utiliza más. Se trata de la 'Temperatura de bochorno' o humidex, un índice que combina la temperatura del aire y la humedad relativa para cifrar la sensación térmica, sin tener en cuenta el viento. En esta siempre hay una parte subjetiva, pero el mecanismo corporal es el mismo. Nuestro cuerpo siempre está peleando por mantener una temperatura constante. Cuando hace frío nos hace temblar, porque así pone en marcha nuestros músculos para generar calor, y cuando el ambiente es tórrido transpira, con tal de refrescar nuestra piel. Ese fresquito lo conseguimos a partir de la evaporación del sudor, un plan que es eficaz sobre todo cuando la humedad relativa es baja. Cuando es alta se evapora menos, el sistema se 'gripa' y no hay forma de evitar los incómodos chorretones.

Ayer los observatorios de la ciudad de Alicante registraron temperaturas máximas de alrededor de 28 ºC. Este registro, que a priori puede resultar bastante asumible, se combinó con una humedad relativa del 70% dejando un humidex de 38 ºC. Palabras mayores. ¿Cómo pueden calcularlo? La web de la Asociación Valenciana de Meteorología (AVAMET), para que no tengan que andar con fórmulas, de un tiempo a esta parte tiene una tabla que muestra el humidex en cada una de las 'ciento y pico' estaciones meteorológicas de la red propia. No duden en echar un vistazo cuando escuchen a alguien quejarse estos días del bochorno. Ya verán que muchas veces gruñimos por costumbre.