Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis de expertas

Maternofobia: ¿Está el futuro de la natalidad en manos del sistema?

Tener un hijo se ha convertido en un reto para ciertas generaciones: "Las políticas públicas obligan a los millennials a elegir entre tener un trabajo o tener un bebé"

A partir de los 30, muchas mujeres renuncian a la maternidad. SHUTTERSTOCK

Cada año es noticia. La tasa de natalidad ha descendido. Tan solo hace unos días, el Instituto Nacional de Estadística (INE) daba los últimos datos: durante 2018 se registraron 369.302 nacimientos en España, lo que supuso un descenso del 6,1% respecto al año anterior (23.879 nacimientos menos). "El número de nacimientos continúa así con la tendencia a la baja de la última década, sólo interrumpida en 2014. Desde el año 2008 la cifra ha descendido un 29,0%", reza el informe realizado por el organismo estatal. Pero, ¿cuál es la razón de este descenso?

En los últimos tiempos, un término no recogido por la Real Academia Española sobrevuela las informaciones sobre la baja natalidad: maternofobia. La incertidumbre laboral, las consecuencias de la crisis, la conciliación, las precarias condiciones de trabajo o la poca implicación de los padres en la crianza de los hijos son algunas de las razones que llevan a mujeres a renunciar a ser madres, sobre todo a partir de los 30 años.

"Tras haber realizado encuestas en profundidad hemos llegado a la conclusión de que la gente sí quiere tener hijos, por lo que la palabra maternofobia me sigue sorprendiendo. Hasta un 67% de los hombres lo tiene claro frente a un 53% de las mujeres, ya que para ellas el coste económico, personal y profesional es mucho mayor que para los hombres. Las barreras que ven para tener hijos son mayores, perciben que se les valora mucho menos por ser madres que por ser profesionales. Si tú te vas a convertir en una maruja no es lo mismo que ser una magnífica profesional", dice María Teresa López, especialista en políticas de familia y directora de la Unidad de Investigación y Estudios de Familia de Acción Familiar (AFA), una organización sin ánimo de lucro que lleva trabajando por y para la familia desde 1978. "Cuando desglosas por edades la cosa cambia. Hasta lo 29 años, las mujeres tienen un mayor deseo de ser madres. A medida que se avanza de los 30 a los 39 el porcentaje baja. Esto es porque están en una etapa que es cuando se consolida su carrera profesional", sentencia.

Según el estudio de López, el 83% de las mujeres entre 20 y 29 años manifiestan que quieren vivir la maternidad, algo que después desciende hasta el 58%. "Lo curioso es que en esa edad, a partir de los 30 años, cuando se tienen los hijos", señala la especialista. "Al final quieren tenerlos pero no encuentran el momento. Lo alargan y en este tramo de edad, a veces, ya no pueden tenerlos. Ellas lo plantean como un deseo latente, no real hasta que llegue el momento, que suele ser cuando la edad fértil se agota y hay un cambio de prioridades", dice.

Más pobres que ellos

Aunque en palabras de otros especialistas, las cosas van más allá a la hora de analizar el dato a la baja de la natalidad. Según Diana López Varela, periodista y guionista y autora de 'Maternofobia. Retrato de una generación enfrentada a la maternidad', "cuando hablo del término maternofobia intento desgranar la generación de mujeres menos fecundas de la historia de España desde que existen registros. Quiero hacer entender por qué cada vez somos madres más tarde y cada vez tenemos menos hijos. A pesar de que muchas veces el discurso político y de los medios dice que el rechazo a la maternidad es una decisión individual, o incluso lo tildan de decisión egoísta, lo cierto es que tiene mucho que ver con este contexto económico y laboral que vivimos desde los últimos 10 años. Hay unos salarios muy bajos, una brecha salarial tremenda, estamos muchas precarias que los hombres, somos más pobres que ellos y además nos hemos incorporado masivamente al mercado laboral", concreta para añadir que "esto hace que las mujeres no veamos de ninguna manera opciones para ser madres, la única vía suele pasar por renunciar a nuestra carrera profesional y creo que no va a ocurrir".

"Si no hay un trabajo estable y una seguridad económica, además de una pareja estable, las mujeres no quieren tener hijos"

María Teresa López - Especialista en Política Familiar

Algo, que pese a no acuñar el término, la directora de AFA también comparte. "Las cosas no son como antes, donde si las mujeres no tenían hijos no eran valoradas. Ahora esperan y su prioridad pasa a ser no solo el trabajo, sino su carrera profesional y hacer otras actividades. El ocio, viajar... hacer cosas que no podrían con niños. Hay un cambio en las prioridades pero hay muchas variables", sentencia. Porque según la especialista en política familiar, "la formación que tienen ahora las mujeres les hace esperar más de su carrera, aunque hay que añadir otros elementos que alargan la edad de concepción. Si no hay un trabajo estable y una seguridad económica no quieren hijos. Otra variable importante es tener una pareja estable, cuando son más jóvenes pueden convivir con alguien pero no la consideran una pareja definitiva. Pero lo más importante es el cambio en las prioridades vitales".

Según el INE, la tasa bruta de natalidad se situó en 7,9 nacimientos por cada mil habitantes, cinco décimas menos que en 2017. Así, el descenso se debería a la disminución del número de hijos por mujer, pero también a la reducción en el número de mujeres en edad de ser madres. El grupo de mujeres de 25 a 40 años -que concentran el 85,0% de nacimientos-, se redujo un 2,5% en 2018, pasando de 4,98 millones en 2017 a 4,85, manteniéndose la tendencia a la baja iniciada en 2009 y que se produce porque ese rango de edades está formado por generaciones menos numerosas nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y la primera mitad de los 90.

"La presión es desde el discurso público y político, se nos responsabiliza a las mujeres de la baja natalidad cuando es algo de dos"

Diana López Varela - Periodista y guionista

López Varela señala así que "acabar una carrera y encontrar un trabajo lleva un tiempo que retrasa todo. Tenemos proyectos mucho más ambiciosos de los que tuvieron otras generaciones". En concreto, la guionista también hace hincapié en que se habla de la bajada de la natalidad pero no de la superpoblación, culpando a la mujer de que no haya tantos niños. "El discurso pro natalista me preocupa de primeras porque hay que solucionar los problemas de la generación que tenemos que tener hijos. Somos una generación pobre, precaria y que se emancipa de media a los 29 años de edad, la más tardía de la Unión Europea. No se pueden pedir peras al olmo. Tienes a los treintañeros, que se supone que deberían estar reproduciéndose, viviendo con sus padres... antes de pensar en que no tener hijos es una desgracia, vamos a pensar en que la dependencia que tenemos lo es más".

Machismo demográfico

La guionista no está en contra de que las personas tengan bebés, sino que hace un llamamiento para que se solucionen los problemas de la generación millennial y además añade uno más a la ecuación: la superpoblación. "No es cierto que haya una bajada de población en España. Desde el año que yo nací, 1986, hasta ahora, somos 10 millones de personas más. La pirámide poblacional se ha invertido, cada vez hay gente mayor, pero los niños que nacen no mueren. Somos una sociedad más envejecida pero no una sociedad con menos personas. La gente vive mucho más que antes. Así, en todo el mundo, el drama real es que la superpoblación es la causa del cambio climático, el calentamiento global y además solo trae más pobreza y hambruna a las zonas ya castigadas por esto. Un niño aquí tiene consecuencias en países del Tercer Mundo por el grado de consumismo que tenemos", señala. "En el mundo sobran seres humanos", agrega.

Por su parte, la directora de AFA asevera que "la maternofobia no existe, si esto fuera así la gente no querría tener hijos. Se va viendo que a medida que aumenta la edad las limitaciones también aumentan a su vez. Todo este cambio va ligado a que, en principio, todo se ha retrasado y ahora incluso se habla de una adolescencia más alargada, la vejez es más tardía... así como en Francia o Países Bajos se ha atrasado la maternidad pero recuperan el tiempo perdido teniendo más hijos, en España retrasamos los nacimientos y no recuperamos. Las políticas públicas obligan a los millennials a elegir entre tener un trabajo o tener un bebé. A mi lo que me preocupa es que la gente siga encontrándose con barreras para tener hijos".

Aunque López Varela hace hincapié en que "ser madre es muy difícil, los trabajos son muy inestables, los alquileres son altísimos y no se debería caer en la dependencia hacia la otra persona. Parece que te incitan a que acabes dependiendo de tu pareja si tienes un hijo. Hay muchas presiones del discurso político, prácticamente cada semana se publica que la natalidad ha bajado y que las mujeres somos madres y tardías... hay presión en la sociedad. Además, el empresario tampoco sabe cómo mantener en plantilla a una mujer que ha sido madre, porque no hay políticas de conciliación buenas y, por otro lado, los hombres no cooperan como deberían en casa. La presión es desde el discurso público y político, se nos responsabiliza a las mujeres de la baja natalidad cuando es algo de dos", comenta para añadir que "el INE no incluyó hasta el año pasado la variable padres en sus estadísticas, algo que es machismo demográfico, culparnos a nosotras de la baja fecundidad cuando es un problema compartido".

Compartir el artículo

stats