Según lo que se refleja en varios documentos de AEMET, una ola de calor es «un episodio de, al menos, tres días consecutivos en el que como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000». Se trata de una definición un tanto complicada, especialmente para aquellas personas sin conocimientos de meteorología y climatología, pero básicamente viene a señalar que para que un episodio de temperaturas altas sea calificado como ola de calor es necesario que se alcancen unas temperaturas muy elevadas (extremas y poco habituales) en al menos una parte del territorio español durante como mínimo 72 horas. Hay que señalar que los umbrales de temperaturas varían en función de las estaciones (por ejemplo, el umbral de Sevilla será más elevado que el de Bilbao) y que una ola de calor suele ser denominada oficialmente en España como tal a posteriori, con los datos en mano, y que al tenerse en cuenta los valores máximos de julio y agosto es por tanto más difícil tener una ola de calor (oficialmente) en meses como mayo o septiembre, aunque en los últimos años las hemos tenido.

Aunque yo creo que este término debe ser revisado y ofrecer unas definiciones y criterios más entendibles para un ciudadano promedio, durante las últimas semanas (y veranos) estamos asistiendo a un proceso de vulgarización del concepto de ola de calor por parte de muchos medios de comunicación, que confunden ola de calor con calor de verano. ¿Ignorancia?¿Sólo importa vender?¿Tan difícil es preguntar al magnífico personal de AEMET o de otros organismos? El otro día en las noticias escuché que en la playa de Oliva tenían 37ºC con un 75% de humedad relativa, con una sensación de 50-60ºC (la realidad es que ni llegaban a 30ºC ni al 65% de humedad). Madre de Dios.

Es un mal uso de este término, al igual que sucede con la gota fría, que en ciertos sectores se usa para referirse a cualquier tormenta intensa. Mal vamos así.