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Vista de lince, también al volante

Según un estudio, 8 millones de conductores españoles no ven con nitidez. Los ópticos gallegos recomiendan revisiones periódicas porque con la edad se pierde agudeza visual

Vista de lince, también al volante EFE

Antes de iniciar un desplazamiento en coche, lo habitual es llevarlo al taller para realizarse una puesta a punto. Sin embargo, el celo que los conductores muestran con la mecánica antes de ponerse al volante poco o nada tiene que ver con el que muestran a la hora de revisar su visión, a pesar de que esta es la fuente de información más importante durante la conducción. Y esta despreocupación no se debe, precisamente, a que los automovilistas españoles tengan visión de lince. “Al igual que revisamos el vehículo antes de salir de viaje para que asegurarnos de que está perfecto, el conductor también tiene que estar en óptimas condiciones para conducir”, explica el oculista Álex Dubra.

Para disminuir los riesgos al volante, este órgano colegiado recomienda a los conductores revisarse la vista antes de emprender un viaje. Y es que el 46% de los conductores no lo hace, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente en carretera, ya que muchos de ellos no tienen una buena salud visual, como demuestra un estudio “in vivo” de visión y conducción realizado por el Grupo Essilor, con la colaboración de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), el Instituto de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) y Cepsa.

“La gente no es consciente de que con el paso del tiempo puede ir perdiendo agudeza visual y, salvo que tenga una pérdida repentina de visión o algo le dificulte su día a día, como la vista cansada, no se revisa la vista”, explica el óptico gallego.

Consejos para viajar seguros

- Antes de salir, someterse a una revisión si se nota alguna molestia o falta de nitidez o si hace más de dos años que no se revisa.

- En viajes largos, parar a descansar cada dos horas.

- Tomar alguna bebida con cafeína para estar alerta y dar un pequeño paseo para despejarse.

- Relevar al conductor si es posible.

- Revisar que los parabrisas y los limpiaparabrisas están en buenas condiciones.

- Regular correctamente los espejos interior y exteriores para ampliar el ángulo de visión.

- Usar gafas de sol para evitar posibles deslumbramientos y al mismo tiempo, proteger los ojos de los rayos ultravioletas.

- En caso de problemas de visión con poca luz, emplear gafas de sensibilidad nocturna.

Según el citado estudio sobre la salud visual de los conductores españoles, cerca de ocho millones de estos no ven con nitidez, el 38% tiene dificultades de visión cuando hay condiciones de baja iluminación, el 14% las tiene incluso cuando la iluminación es perfecta y el 44% tarda más de 20 segundos en recuperar la visión central, lo que implica que, a una velocidad de 120 km/h, pueden recorrer unos 700 metros sin una visión correcta.

Para garantizar una buena salud visual, los ópticos recomiendan revisarse la vista cada dos años a partir de los 18 o 20 años. “Hoy casi todo el mundo tiene móvil, tableta; hay mucha gente trabaja con ordenadores… y muchas personas tienen sintomatología de dolor de cabeza y de ojos que alivian tomando analgésicos cuando lo que necesitan es una gafa”, explica.

En el caso de los niños, se aconseja que las revisiones sean más frecuentes, cada año, para detectar cuanto antes el defecto. “Si nunca has visto bien, no sabes qué es ver mejor. Yo he tenido pacientes de 18 años con 3 dioptrías de miopía que nunca se habían mirado la vista y que vinieron porque no habían pasado el psicotécnico para sacarse el carné de conducir”, explica.

Tener problemas de visión entraña un importante riesgo en la carretera, especialmente cuando los desplazamientos se hacen en carreteras y calles con las que el conductor no está familiarizado. No distinguir qué indicación pone en una señal de tráfico obliga al conductor a acercarse demasiado, lo que a veces puede hacer que dé un frenazo o haga una maniobra brusca, lo que supone un importante riesgo. “Además, mientras está intentando leer el cartel, deja de prestar atención a la vía, lo que disminuye el tiempo de reacción, lo cual implica un mayor riesgo”, añade Dubra.

Según los ópticos-optometristas, es fundamental que los automovilistas sean conscientes de que las capacidades visuales que intervienen en la conducción han de estar en perfecto estado y en este sentido, recuerdan que una exposición excesiva a la radiación solar ultravioleta puede provocar deslumbramiento o fatiga visual, lo que conlleva un alto riesgo de accidente, además de otros problemas a largo plazo como cataratas, pterigión y degeneración macular.

“Al igual que protegemos nuestra piel de la radiación ultravioleta, tenemos que proteger nuestra vista, tanto en verano como en invierno y cuando el cielo está encapotado. La gente suele asociar el sol y el daño solar al calor, pero en invierno es cuando el sol está más bajo y, por tanto, cuando más directamente nos incide su radiación, incluso en los días encapotados”, explica el óptico. A pesar de ello, el 33% de los automovilistas no se protege habitualmente con gafas de sol y un 12% nunca lo hace a pesar de que España tiene unos índices de radiación ultravioletas más altos de Europa.

Por la noche se produce una pérdida natural de la calidad visual, que se agrava en el caso de las personas que tienen un pequeño defecto refractario, como astigmatismo o hipermetropía, o les molesta las luces de otros vehículos, un problema que puede corregirse con unas gafas. Asimismo, una limpieza periódica de lunas y parabrisas evitará reflejos molestos.

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