El dormir resulta agotador, las sábanas se pegan en el cuerpo y lo que se supone que es tiempo para descansar, se convierte en una lucha constante con la cama. El aumento de las noches tórridas es una pérdida del confort climático, y se trata de una de las consecuencias más evidentes del cambio climático en la región mediterránea.

La semana pasada, en la Comunidad Valenciana se vivió una de las noches más cálidas desde que se tienen registros. En Valencia, el mercurio marcó en la madrugada del viernes al sábado una temperatura por encima de los 30 ºC hasta las 3:00 am. También ocurrió algo parecido en la localidad alicantina de Pego, donde las temperaturas mínimas se situaban por encima de los 30 ºC hasta pasadas las 7:00 am.

¿Qué son las noches tórridas? Si noche tropical es cuando la temperatura mínima no baja de los 20 ºC, una noche tórrida es cuando el termómetro marca temperaturas mínimas por encima de los 25 ºC. Actualmente, el panorama nocturno lo dominan las noches tórridas, que se ven agravadas por la temperatura del mar Mediterráneo, que en este caso también es muy alta. Según la Agencia Estatal de Meteorología, la temperatura del Mediterráneo se encuentra rozando los 28 ºC. La humedad que desprende el mar, hace que las temperaturas en el litoral de la Comunidad Valenciana no bajen y la humedad relativa sea muy elevada, de ahí la sensación de bochorno insoportable al caer la noche.

Las ciudades del litoral, son las que más sufren todo esto, por su cercanía al mar y por lo que conocemos como efecto 'isla de calor'. Este último término hace referencia a que la temperatura nocturna es más elevada en las ciudades que en el campo, ya que en el interior de las ciudades es donde se encuentra la edificación masiva, y donde los materiales absorben el calor desprendido durante todo el día.