La Asociación Valenciana de Meteorología (AVAMET) lleva unas semanas preparando la tradicional cena anual que reúne a parte de sus socios con la excusa de servir de reclamo para las lluvias otoñales. Suele ser una velada magnífica, donde un montón de personas con la mismas aficiones, casi siempre vinculadas con la naturaleza y sobre todo con la meteorología, comparten mantel y debaten sobre un mismo hilo argumental: qué mapas del tiempo son más certeros, vítores para el observatorio más húmedo del año y otras batallitas, normalmente relacionadas con diluvios inolvidables. Vendría a ser algo así como las rogativas 'Ad Pretendam Pluviam' de siglos anteriores, pero sin templo o reliquia. Bueno, siempre que no se consideren como tal los platos de ibéricos, los churrascos y los menús veganos.

El título del banquete es la 'crida a la gota freda'. Algunos pensarán que no es un tema trivial, que las gotas frías conllevan catástrofes y más vale dejarlas en conserva, para que no vuelvan. A raíz de los últimos episodios de tormentas se ha debatido mucho en la asociación sobre el mal uso del concepto en los medios de comunicación. Este tipo de episodios de lluvia, más severos en otoño pero que pueden aparecer en cualquier momento del año, en las últimas décadas se han demonizado. Solo con nombrarlas se monta un buen revuelo. La AVAMET tiene entre sus socios a reputados expertos que abogan por desterrar esta perspectiva, como Rafael Armengot, Doctor en Geografía y Meteorólogo, o Enrique Moltó, profesor del Departamento de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante.

Los socios tienen acceso a unos cuantos grupos de WhatsApp que en ocasiones se convierten en salas de debate donde se aprende muchísimo. En uno de estos brillantes arrebatos académicos, Armengot y Moltó salieron al paso del discurso alarmista ante la gota fría para recordar que sin estos fenómenos nuestra vida a orillas del Mediterráneo sería distinta. Representan un porcentaje muy alto de lo que llueve a lo largo del año y en nuestro rincón, precisamente, no nos sobran los recursos hídricos. "Son nuestros monzones", alegó el profesor alicantino.

Todo esto se podrá vivir in situ el sábado 28 de septiembre en Vilamarxant gracias al empeño del observador local, Paco Cervera. Cualquiera podrá formar parte del aquelarre tras un par de pasos: primero hay que hacerse socio de la AVAMET, además ahora la inscripción tiene una buena oferta; y segundo, los interesados deben apuntarse en el listado de invitados disponible en el foro de la asociación. Este año, además, antes de la cena habrá una charla de José Ángel Núñez, Jefe de la Sección Climatología en la delegación de la AEMET en Valencia. Y a llover.