Agosto terminó con el huracán Dorian arrasando todo lo que encontraba a su paso, un huracán muy potente que llegó a alcanzar la categoría 5 en su paso por Bahamas. Otoño es una de las estaciones más significativas desde el punto de vista meteorológico, y la posible formación de huracanes en nuestras costas lo hace más interesante.

Los Ciclones Tropicales Mediterráneos, también conocidos como 'Medicane' a partir de su nombre inglés, Mediterranean Hurricane, cada vez representan una mayor amenaza en el mar Mediterráneo. Se trata de un fenómeno poco usual y bastante extraño. Existen algunos conflictos en la comunidad científica a la hora de establecer su origen, pero lo que sí que está claro es que generalmente no tienen el matiz tropical y se desarrollan en aguas abiertas.

Con el paso de los años, como consecuencia del cambio climático, parece que los Medicane serán menos frecuentes pero, a la vez, se mostrarán más destructivos y peligrosos. El mar Mediterráneo cada vez se parece más a lo que conocemos como mares tropicales, de donde procedía por ejemplo Dorian. No se pueden comparar con los huracanes tropicales, pero los Medicane en estructura sí son parecidos. Ambos crean una espiral repleta de nubes que giran en el sentido contrario a las manecillas del reloj, y visto desde el satélite la imagen resulta impresionante.

Existe un alto grado de incertidumbre, pero según algunos estudios en cuestión de aproximadamente 50 y 60 años, los Medicane llegarán a permanecer en el mar Mediterráneo casi el doble de tiempo de lo que están ahora, actualmente duran entre 12 y 18 horas. También serán menos frecuentes, pero posiblemente llegarán a equipararse a los huracanes de categoría 2, con rachas de viento superiores a 154 kilómetros por hora. Por ejemplo, los últimos Medicane fueron Numa y Zorbas o Jenofonte, uno en 2017 y el otro en 2018. Ambos aparecieron en otoño, cuando son más típicos, y llegaron a generar vientos superiores a 110 kilómetros por hora en las costas del oeste mediterráneo.